Nuevos paradigmas
Un fenómeno clave puede observarse en la reciente evolución de la literatura española: la consolidación, o el surgimiento de nuevos paradigmas. En la poesía se ha asistido a la consolidación de un modelo que, aunque con alguna simplificación, puede englobarse bajo el rótulo de "poesía de la experiencia"; en la narrativa se ha producido la imposición de un para digma ya no basado en el formalismo extremo, es criptivo, como el que detectaba algún especialista ha cia 1985, sino sustentado sobre la narratividad, sobre la vuelta al viejo arte de contar historias. La narrativa española goza, además, de buena salud en el mercado. Nuestros narradores alcanzan tiradas impensables hace sólo algunos años. Tienen público, un público variado y, no es caso, y ésta es una excelente noticia. En lo que respecta a la poesía la imposición de ese nuevo canon parece evidente por la calidad y la cantidad de los autores que lo cultivan. La lírica española ha abandonado la intemporalidad, el culturalismo, el vanguardismoy el posvanguardismo para abogar de nuevo por la historia, la realidad vital y el diálogo con la tradición. Éstas son las características que definen a la corriente dominante, aunque existan otras que reivindican una poética diferente, cuyas líneas esenciales no acaban de perfilarse con claridad.El descrito cambio de paradigma de la narrativa lo ilustran bien tres novelistas: Luis Landero, Javier Marías y Antonio Muñoz Molina. El primero ha confirmado su calidad en Caballeros de fortuna. Matías, en Corazón tan blanco y, sobre todo, en Mañana en la batalla piensa en mí ha dado un salto decisivo hacia una novela de sustancias plenas, sin mengua de la calculada elaboración. Muñoz Molina ha dicho adiós en El jinete polaco al cosmopolitismo y ha abierto un ciclo realista que permite esperar lo mejor.
Enitodo caso, la definición del modelo parece clara. Los experimentalismos se baten en retirada, la metaficción ha dejado de, tener el papel que tenía y, aun cuando el espectro temático sea variado, la narratividad impone sus líneas con firmeza.
Babelia
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