La gripe de Scalfaro, abre un paréntesis en la crisis del Gobierno italiano
Una afección gripal contraída por el presidente de la República Italiana, Oscar Luigi Scalfaro, que se ha visto obligado a suspender hasta nueva orden los contactos con los grupos políticos, abrió ayer un compás de espera en la crisis de Gobierno, que ya se veía bloqueada por su propia contradicción inminente: el jefe del Estado parece orientarse hacia la formación de un Gobierno de transición que es rechazado de plano por el primer ministro dimisionario, Silvio Berlusconi, y sus aliados. Todos estos exigen elecciones inmediatas. La oposición apoya la iniciativa de Scalfaro, pero el Parlamento no ofrece una relación clara de fuerzas que garantice alguna de estas dos hipótesis.El Gobierno de transición, o Gobierno del presidente, sería encomendado a una personalidad independiente, para que formara un Gabinete de técnicos y redactara un programa de reformas a realizar en el plazo aproximado de un año con carácter previo. a la celebración de nuevas elecciones. El primer ministro designado tendría que lograr los apoyos necesarios para ser investido con el voto de confianza del Parlamento. Un Gobierno de este tipo, no basado en una mayoría predeterminada, fue el de Carlo Azeglio Ciampi, inmediato predecesor de Berlusconi.
Posibles candidatos
Lamberto Dini, ex colaborador de Ciampi en el Banco de Italia y ministro del Tesoro de Berlusconi, es uno de los candidatos rumoreados para dirigir este su puesto nuevo experimento de Gobiemo del presidente. Pero los rumores de esta especie tienen corta vida en las crisis italianas, de manera que si Dini parecía favorito el pasado lunes, el martes lo fue el ex presidente de la República Francesco Cossiga y ayer seguían sonando nombres Como el del comisario europeo Mario Monti e incluso el del ex fiscal Antonio Di Pietro, propuesto formalmente por Mario Segni. La experiencia de otras crisis indica que la ruleta suele pararse en personajes no previstos inicialmente.
Y la situación actual permite pocas esperanzas de que la ruleta se detenga rápidamente. Mientras Forza Italia y Alianza Nacional se mantengan cohesionadas tras Berlusconi, el Gobierno del presidente que podría promover Scalfaro encontraría los votos necesarios para ser investido por el Parlamento. Pero difícilmente aglutinará el consenso requerido para efectuar las reformas del sistema televisivo previas a las nuevas elecciones.
Sobre esa carencia se construye la capacidad de maniobra del primer ministro dimisionario, que sigue obteniendo amplio espacio en sus televisiones privadas y en la estatal, para proclamar que el Gobierno del presidente resulta "la más inconstitucional de las hipótesis".
Previsiblemente, Scalfaro no reanudará sus consultas antes del lunes, y necesitará otros dos o tres días para enunciar un intento de solución, que probablemente no será el definitivo.
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