Scalfaro intenta resolver la crisis italiana bajo presión de los aliados de Berlusconi

El presidente de Italia, Oscar Luigi Scalfaro, reanudó ayer las consultas para resolver la crisis, formar un nuevo Gobierno en medio de la proclama del dimisionario primer ministro, Silvio Berlusconi, de que impedirá que los comunistas lleguen al poder y el apoyo expresado por sus aliados, que se reunieron para diseñar una estrategia conjunta antes de entrevistarse con el jefe del Estado. Berlusconi está más decidido que nunca a defender el principio de elecciones anticipadas.

Los aliados que aún permanecen fieles a Berlusconi -su movimiento Forza Italia, la Alianza Nacional (neofascistas) de Gianfranco Fini y el Centro Cristiano Democrático de Pier Ferdinando Casini- han reafirmado su apoyo al primer ministro dimisionario y la convocatoria de elecciones anticipadas como única forma de salir de la crisis.Scalfaro recibió el viernes pasado a los ex presidentes Giovanni Leone y Francesco Cossiga. Ayer se entrevistó con la presidenta de la Cámara de los Diputados, Irene Pivetti, y con el presidente del Senado, Carlo Scognamigio.

La solución defendida por la oposición es la formación de un nuevo Gobierno, cosa que Fini ha definido como simple "acrobacia verbal". El campo de Berlusconi no deja de presionar a la oposición, a quien está obligando a defenderse de lo que considera una traición a los electores, ya que un nuevo Gobierno, como la oposición quiere, no respondería a la mayoría que salió de las últimas elecciones generales.

El líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, y Rocco Buttiglione, del Partido Popular Italiano, al parecer están deseosos de entrar a formar Gobierno con el Partido Democrático de la Izquierda (ex comunistas), liderado por Massimo D'Alema.

Los diputados de la Liga Norte se reunieron ayer para tratar de superar la división causada por su salida de la coalición de Berlusconi. La Liga eludió el cisma y decidió apoyar la formación de un Gobierno de amplia mayoría parlamentaria que incluya desde el PDS hasta AN.

Disidentes

El partido de Bossi se ha visto amenazado por la escisión de un grupo de 40 parlamentarios encabezados por el ministro del Interior, Roberto Maroni, que son contrarios a un acuerdo de Gobierno con la oposición de izquierda y centro. Los disidentes votaron un documento en el que se declaran "totalmente contrarios" a la línea de enfrentamiento con Berlusconi y sus aliados de Alianza Nacional.

La Liga Norte se sumó así a las tesis de Scalfaro, que pretende evitar la convocatoria de unas elecciones, anticipadas. El presidente preconiza la formación de un Gobierno de amplia representación parlamentaria que se encargue de poner en marcha una reforma del sistema electoral y afronte el urgente saneamiento de la economía italiana.

El senador Marcello Staglieno, que asistió a la reunión, dijo que "por el momento no habrá ruptura" en la Liga, aunque añadió que, la decisión final podría adoptarse en los próximos días "con un cara a cara entre Bossi y Maroni".

Las voces que también especulaban con la posibilidad de que el jefe del Estado encargue al ex fiscal de la operación Manos Limpias, Antonio di Pietro, la formación del Ejecutivo, se acallaron con rapidez. Di Pietro no ha dicho nada oficialmente, pero ha indicado a sus amigos que es urgente concluir las reformas de las instituciones y a él le gustaría ser uno de los que "escriban las nuevas reglas". Tanto Fini como Berlusconi se opusieron ayer abiertamente a la idea de un Ejecutivo encabezado por el magistrado.