La policía francesa zanja el secuestro de un Airbus al matar a los cuatro piratas y liberar a los rehenes
Las sombras iban apoderándose del extraño silencio del aeropuerto de Marsella cuando los hombres del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN) recibieron la orden de liberar a los 170 secuestrados del Airbus 300. Eran las 17.20. Estallaron dos bombas cegadoras, se oyeron algunos disparos -hasta 50 llegaron a contar algunos testigos- y durante 10 minutos la confusión fue total, la pista se llenó de ambulancias, bomberos y policías, y de la parte trasera del avión se descolgaron dos rampas que empezaron a vomitar pasajeros liberados. La operación se saldó con relativo éxito: los cuatro secuestradores argelinos muertos, y 25 heridos entre pasajeros, tripulación y policías.
Durante el asalto, en la torre de control escucharon la voz angustiada de un mecánico que, desde la cabina, gritaba: "¡No tiren más, no tiren más! ¡Todos han muerto!"Francia luchará inexorablemente contra el terrorismo y no cederá nunca a su chantaje", señaló el primer ministro francés, Édouard Balladur, tras la espectacular liberación del avión secuestrado. El resultado de la operación policial era de cuatro secuestradores muertos. Entre los pasajeros hubo 13 heridos y tres miembros de la tripulación también resultaron afectados por el tiroteo. Entre los agentes de policía nueve resultaron heridos.
El secuestro iniciado en Argel el pasado sábado. acababa así en Marsella con lo que parece un apabullante éxito policial del Mi nisterio del interior francés que dirige Charles Pasqua. Tras 54 horas de secuestro, el balance fi nal era de cuatro secuestradores muertos, tres viajeros asesinados -todos en suelo argelino-
Los disparos lanzados por los secuestradores contra la torre de control de Marsella, según todos los indicios, precipitaron la acción de los hombres de las fuerzas de élite de la Gendarmería que, encaramados y camuflados en lo alto de pasarelas, abordaron el avión por la parte trasera e hicieron estallar las puertas con ayuda de bombas.
Para el Gobierno francés la victoria policial no esconde, sin embargo", las dificultades de orden político reveladas por el acto terrorista. De entrada se ha puesto de relieve la desconfianza existente entre las autoridades francesas y las argelinas.
El régimen de Argel pretendió resolver el asunto a su manera y ocultó toda la información a los especialistas galos presentes en Argel. Fue la noche del domingo, después del asesinato del cocinero de la Embajada francesa, cuando el primer ministro Balladur optó por cambiar de tono y responsabilizar a las autoridades argelinas" de todo cuanto pudiese sucederles a los embarcados en la aronave. Para Balladur ya estaba claro que "la única solución para salvar vidas humanas pasa por el asalto".
Estrellato informativo
Para el GIA, que deseaba ir con el Airbus hasta París para desde ahí saltar al estrellato informativo -los secuestradores quisieron que les, confirmasen que la CNN y la primera cadena de la televisión francesa (TFI) tenían equipos en Marsella antes de aceptar permanecer más horas en la ciudad mediterránea-, la intervención francesa obligando a ceder al Gobierno argelino pone en cuestión la autoridad de ese mismo Gabinete al que acusan de depender precisamente de las armas que le suministra el Gobierno francés.
Un especialista en cuestiones islámicas, Gilles Kepel, ha declarado por su parte que al optar por admitir el avión secuestrado en territorio francés el Gobierno del primer ministro Balladur "implica al máximo a Francia en la guerra civil argelina", algo que corresponde, siempre según Kepel, a los deseos del Grupo Islámico Armado.
El ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, anunció anoche que París va a adoptar "en muy plazo muy corto" medidas de refuerzo de la seguridad de sus ciudadanos en Argelia. Juppé insistió en que su país "no sostiene a ningún régimen o Gobierno-" en Argel. "En Argelia sólo tomamos el partido de la paz", advirtió. Pero el jefe de la diplomacia francesa no ocultó su temor contra posibles represalias contra la colonia francesa en Argelia, que ya ha sufrido 22 víctimas mortales en el último año.
El GIA, el más radical de los movimientos integristas argelinos, reconoció ayer que sus militantes organizaron y realizaron el secuestro del avión ole Air France que ayer terminó en Marsella tras la operación policial. Según un comunicado del GIA, el secuestro se planeó en respuesta a la "ayuda política, militar y económica incondicional de Francia" al poder argelino. Este grupo es el que con más virulencia castiga al régimen militar argelino y los enfrentamientos entre el Ejército y los comandos del GIA son constantes.
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