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Dos centros del Insalud realizan la primera terapia génica en humanos de España

Nueve pacientes de cáncer participan en el ensayo de La Paz y Valdecilla

Los hospitales La Paz, de Madrid, y Marqués de Valdecilla, de Santander, en coaboración con el Centro de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid, han llevado a cabo este mes la primera terapia génica en humanos que se realiza en España. Tres primeros enfermos con un tumor cerebral han sido tratados con genes suicidas, que al inyectarse mediante virus en las células cancerosas permiten que un fármaco las destruya. Las primeras fases del ensayo se publicarán en enero en Gene Therapy, aunque para evaluar la eficacia habrá que esperar un año.

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Un protocolo ético

La terapia génica, una de las vías más esperanzadoras para la medicina, se basa en los avances en biología molecular que permiten manipular el material genético. Actualmente se experimenta en algunas enfermedades hereditarias como la fibrosis quística o los defectos inmunológicos que padecen los llamados niños burbuja. También está adquiriendo gran expansión en oncología y sida."Esta terapia está en fase experimental en humanos. Se esperan resultados, pero son hipotéticos", recalca Antonio Gómez Pan, subdirector médico del recién creado departamento de Investigación y Docencia de la Paz. "Hay que ser muy cautos, porque no es la primera vez que se logra curar un cáncer en ratas y luego no funciona en humanos", indica Marta Izquierdo Rojo, investigadora del Centro de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid y alma mater del proyecto.

A las 10 de la mañana del pasado jueves, Martín Garcia Blázquez, jefe del servicio de Neurocirugía de la Paz, intervenía al segundo paciente de este centro afectado con glioblastoma -el tumor cerebral más mortífero en adultos- mediante terapia génica. El primer caso se hizo el 13 de diciembre y un tercero fue realizado el 16 del mismo mes en el hospital Marqués de Valdecilla de Santander por el equipo del doctor José María Izquierdo. Son los primeros de un grupo de nueve pacientes incluídos en el ensayo clínico.

La técnica consiste en introducir en un retrovirus animal, previamente desarmado, el gen que codifica una enzima -la quinasa de timidina- extraída de otro virus, el herpes tipo I. Este combinado, ya no patógeno, sino terapéutico, se empaqueta en células de ratón que en pocos días son capaces de fabricar grandes cantidades de los denominados virus suicidas. Todo este paquete se introduce en el cerebro del paciente mediante una o varias inyecciones directamente en la zona tumoral. En un periodo de ocho días los virus habrán infectado sólo a las células en división, que en el cerebro son las cancerosas.

El segundo paso es administrar al paciente durante 14 días consecutivos un antiviral muy conocido, el ganciclovir. Este fármaco reconocerá inmediatamente a las células infectadas y una vez en ellas, mediante una reacción con la quinasa de timidina, paralizará su capacidad de replicación y conducirá a las células tumorales a la muerte.

El primer experimento de este tipo se llevó a cabo en Estados Unidos en 1992 y hoy ya existe en aquel país una experiencia cercana a los 20 casos. "En un tercio de ellos se produjo una regresión total del tumor y en otro tercio parcialmente explica García Blázquez. "Esto significa que sólo tenemos una foto fija de un momento determinado. No sabemos qué evolución van a tener los pacientes en adelante".

Contra el glioblastoma está fracasando todo el arsenal terapéutico convencional y su pronóstico es la muerte en un plazo muy corto. Esta ha sido una de las razones fundamentales para aplicar terapia génica, una vez que en los pacientes elegidos se hubiera intentado desde la cirugía hasta la inmunoterapia, tal y como se hace constar en el protocolo aprobado por el ministerio de Sanidad en mayo.

En un mes una resonancia magnética permitirá comprobar si se ha reducido el tumor en el primer paciente tratado. Previamente, durante un año y medio ha estado Marta Izquierdo en su laboratorio verificando lo mismo en más de 40 ratas. "El sistema ha funcionado en todos los casos. Es muy espectacular, lo que nos dio confianza para hacer ensayos en humanos".

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