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España consigue el acceso al banco irlandés dejando en minoría al Reino Unido en la UE

Xavier Vidal-Folch

XAVIER VIDAL-FOLCH La flota española faenará en e1 conjunto del irish box, el banco irlandés, salvo en dos pequeñas áreas. Deja de ser la única -junto con la portuguesa- en estar sometida a un estricto control de su esfuerzo pesquero: ahora éste se aplicará a los barcos de los 12 Estados miembros de la Unión Europea. Y no habrá discriminaciones en función de las esloras. Es decir, España ha ganado en lo fundamental la batalla por su integración en la Política Común de Pesca y no debería vetar la ampliación nórdica. Eso sí, quedan algunos aspectos que no satisfarán a unos u otros grupos de pescadores. Y a los que, si lo desea, podrá acogerse la oposición. El Reino Unido quedó en minoría. Se abstuvo.

La polémica se concentró en el banco irlandés. España cedía poco. El Reino Unido, nada. Al final hubo que acudir a la urna. Perdió el Reino Unido, que en solitario defendía el veto al acceso español a las aguas del banco irlandés más cercanas a sus costas. Se abstuvo en la votación realizada en el plenario del Consejo, en el quinto intento de la presidencia alemana para celebrar la reunión del Consejo de Ministros de Pesca.Todo el calendario quedó trastocado por la voluntad del presidente alemán, Jochen Borchert, de llegar a la reunión plenaria con un acuerdo. A las 11.00 horas, a las 14.00, a las 115.00 y a las 16.00 fue desconvocado. No había trazas de consenso. Al final dirimió el Voto.

El acuerdo tan laboriosamente alcanzado es el que había propuesto la presidencia alemana: libre acceso de 40 barcos españoles a todo el polémico banco, salvo en las zonas 7a (mar irlandés, escaso en pesca) y 7f (pequeña área del canal de Bristol). No prosperó pues el intento del Reino Unido de añadir a éstas la 7g, muy rica en pescado (algunas fuentes calculan que entre ésta y la 7j la flota española capturaba hasta 80.000 toneladas antes de 1978).

Faenar en el Gran Sol

"Misión cumplida, podemos decir con total sinceridad", manifestó al término del Consejo el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Atienza. Para el responsable español de Pesca lo decisivo es que "la flota española vuelve a faenar en las aguas del Gran Sol, después de 17 años de haber sido expulsada", cuando se estableció el límite de las 200 millas.

Interpelado por el hecho de que quedan dos pequeñas áreas (mar interior irlandés y bahía de Bristol) que siguen vedadas a la flota española, Atienza argumentó que se reservan a los pescadores tradicionales (como sucede también en las aguas de las Canarias), "lo que no es ninguna discriminación, porque tampoco otras flotas comunitarias, como la holandesa o la alemana pescan allí".

Lo decisivo fue la negociación de la zona 7g, muy rica en pescado. En ella España se mantuvo firme por su importancia económica, apoyándose en la tradición, como lo de muestra, adujo Atienza, la existencia de bancos con nombre español, "como La Pistola, por ejemplo".

El ministro británico, William Waldegrave, se resistía una y otra vez. Distintos observadores, no sólo españoles, consideraron que deseaba llegar a una votación y perderla, para presentarse ante su opinión pública tras haber desarrollado una gran lucha, al final perdida ante la fuerza mayoritaria de los votos de los restantes países.

"El acuerdo no es tan bueno como yo deseaba, pero está claro que no podíamos conseguirlo todo", afirmó para explicar su abstención. "Es realista y puedo defenderlo", añadió, para significar sus logros en el mar interior irlandés y la bahía de Bristol.

Para el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación español, "el acuerdo supone la integración de la flota española en la PCP" sin "ninguna discriminación", por lo que se manifestó convencido de que el Senado lo aprobaría hoy. Además del acceso al banco irlandés, el pacto supone un régimen de control del esfuerzo pesquero de cada uno de los Doce algo más flexible del que soportaban hasta hoy las flotas española y portuguesa y algo más rígido del que disfrutaban sus colegas de los otros diez países de la Unión Europea.

Cuarenta barcos y cambio de cromos

Los dirigentes de las cofradías vascas, que estuvieron en el edificio del Consejo durante todas las deliberaciones oscilaban: en un primer momento se manifestaban aliviados por lo conseguido para el conjunto del banco irlandés, la entrada de 40 barcos españoles, frente a los 25 inicialmente propuestos por la Comisión Europea.Ayer, cuando esa cantidad ya estaba consolidada, reclamaban 70, especialmente si había cesiones en alguna de las zonas, argumentando que según el Tratado de Adhesión de 1986, el irish box desaparecerá a final del año próximo y que ahí está consignado el semáforo verde para 70 barcos en la zona (en realidad los límites de una y otra no coinciden exactamente y las 40 unidades equivalen a la presencia histórica española -en la zona). Luis Atienza recordó que "los 40 barcos, faenando simultáneamente, equivalen a la totalidad de la flota irlandesa". El secretario de la Asociación de Armadores de Altura de Ondárroa, Víctor Badiola, evaluó "con un aprobado raspado" el conjunto del pacto.

Los pescadores de bajura consideraban excesivas las concesiones hechas a Francia para romper la minoría de bloqueo. España cede a la flota francesa, en 1995, 9.000 toneladas que no utiliza de su cuota de anchoa, que asciende a 27.000. A cambio, obtiene otras pequeñas cuotas en pescado que se captura como especie secundaria, y, sobre todo, 2.200 toneladas de merluza. "Entregar pescado de papel", esto es, al que se tiene derecho pero no se captura, "a cambio de capturas en otras especies cuyas cuotas nacionales hemos agotado, es una operación positiva desde el punto de vista de los intereses pesqueros generales", manifestaba Atienza.

Estas actitudes -discrepantes, según la especialización de cada uno de los pescadores- tendrán influencia porque de ellas dependerá en buena parte la alimentación de los argumentos políticos en las Cortes, previas al depósito de los instrumentos de ratificación de la ampliación nórdica (Austria, Finlandia, Suecia).

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