Silvio Berlusconi da por terminada la legislatura y pide elecciones anticipadas
PERU EGURBIDE La "estafa" y la "mentira" son los componentes del "robo de votos" perpetrado por Umberto Bossi, individuo "rudo y de puelo", dijo ayer en el Parlamento el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi. "Usted no es el Estado ni tampoco el hombre de la providencia", replicó el líder de la Liga Norte, en un hemiciclo cargado de violencia, del que fueron expulsados dos diputados. Berlusconi afirmó que consideraba agotada la legislatura nacida la pasada primavera y que lo mejor es votar cuanto antes. Pero no dimitió de inmediato, sino que dejó que avanzara el debate para un eventual voto de confianza.
La dimisión de Berlusconi era considerada anoche una cuestión de horas. Sus portavoces dijeron que probablemente se concretaría al mediodía de hoy, de modo que no se llegaría al voto.El discurso de Berlusconi, de escaso contenido político, se orientó exclusivamente a demostrar "la traición" de Bossi con un lenguaje sencillo para que lo entendiera el público de la calle. El otro mensaje básico era que cualquier alternativa al Gobierno actual que no salga de unas nuevas elecciones, será un fraude inconstitucional a los electores.
Ambos mensajes habían sido ya previamente reiterados, incluso con medios de una cierta violencia, al presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro. Este es el único que, según la Constitución, puede convocar las elecciones. Por ello, el discurso de Berlusconi de ayer iba dirigido directamente a la calle. Hasta el punto de que el inicio de la sesión parlamentaria se retrasó dos horas para que la televisión pudiera retransmitirlo en directo.
La presidenta de la Cámara, Irene Pivetti, que previamente había excluido esa posibilidad, cambió de opinión a petición de los partidos del Gobierno y sin la oposición de nadie. Pero antes, tuvo que aguantar desplantes e improperios. No sólo por su decisión original, sino por el hecho de que procede de la Liga Norte, el partido del "traidor" Bossi.
La sesión sufrió interrupciones por enfrentamientos más propios de un campo de fútbol crispado. El ambiente era de excepción, como en las grandes ocasiones. Diplomáticos, periodistas y el presidente de Fiat, Giovanni Agnelli, destacaban entre el público.
"El pueblo está por encima del Estado", afirmó Berlusconi en ese ambiente, citando al filósofo conservador francés Jacques Maritain. "El poder de los diputados y de los senadores es, ciertamente, muy amplio, pero no puede ser nunca usado contra la libertad de quien se lo ha conferido", añadió.
Toda la argumentación del primer ministro giró en torno a un punto: Bossi, "elegido diputado con los votos determinantes de Forza Italia", al dejar la mayoría, no pata ir a nuevas elecciones, sino para "dar vida a un nuevo Ejecutivo que lleve al Gobierno a los derrotados en las elecciones", perpetra "una estafa".
Dura prueba
También tendió a culpar al líder de la Liga de todos los fracasos del Gabinete. "Durante siete largos meses, el honorable Bossi ha puesto a dura prueba no sólo mi paciencia, sino la de todo el Gobierno", afirma Berlusconi. ".Este Gobierno ha hecho muchas cosas buenas y también cometido algunos errores, pero, por desgracia, el error principal ha sido un error de ingenuidad y de buena fe: pensábamos que nos la veíamos con un interlocutor incómodo pero leal, cuando en realidad tratábamos con una personalidad doble, triple y quizás cuádruple".
"Durante siete largos meses", insistió Berlusconi, "el prestigio internacional de Italia, la credibilidad de nuestra moneda y de nuestros títulos sobre los mercados internacionales, la estabilidad y la credibilidad de nuestras instituciones han sido puestas en peligro y gravemente perjudicadas por quien hoy se manifiesta, sin ningún pudor, como un auténtico destructor político".
"Italia, señores diputados, sufre hoy de un único mal verdadero: una tremenda tendencia a la inestabilidad política", prosiguió. La situación puede ser superada, "sólo y únicamente por un Gobierno perfectamente legitimado para gobernar, aceptado como tal por el conjunto del sistema político y reconocido por la mayoría y la oposición".
Y el jefe del Gobierno concluyó así: "Hoy por hoy, en este Parlamento, una sola mayoría ha sido legitimada por los electores. Si esta mayoría se disuelve, es preciso volver, serena y decididamente, a pedir la opinión de los electores".
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