Sin sorpresas
Era todo un acontecimiento ciudadano, y en la calle no resultaba difícil oír hablar de el concierto. Sin embargo, llegado el momento de pasar por taquilla, Huesca no se dejó seducir completamente por Joe Cocker. Unas 3.500 personas se acercaron a un Pabellón de Deportes que se estrenaba en conciertos de pop-rock, dejando en las manos de los organizadores más de 1.000 entradas que no encontraron comprador. Toda una sorpresa que no invita a pensar que el cantante de Sheffield atraviesa en nuestro país uno de sus mejores momentos.De hecho, en las camisetas oficiales de la gira 94 figuran los nombres de Barcelona y Madrid como plazas por donde pasaría la troupe de Cocker. Sin embargo, la escasa expectación del público de esas ciudades obligó a la promotora a ingeniárselas para conseguir al menos una fecha en España, que a la postre fue otorgada a Huesca, ciudad que este verano ha sido visitada por Bob Dylan.
Joe Cocker
Joe Cocker (voz). C. J. Vanston (pianista), Paul Warren (guitarra), Bob Feit (bajo), Jack Bruno (batería), Steve Grove (saxo y teclados), Maxine Sharpe y Jenny MeRae (coros).Pabellón de Deportes. Huesca, 15 de diciembre.
Así las cosas, podría pensarse que Cocker ofrecería un concierto simplemente cumplidor. Fue así, aunque lo cierto es que el bueno de Joe no parece estar para muchos más trotes, y por mucho que su intención fuese la de arrasar, difícilmente su garganta podría secundar a su voluntad.
En ese sentido, fue significativo el tímido gesto de disculpa con el que Cocker concluyó You are so beautiful, luego de que el postrer To me resultase inaudible. "Los años no perdonan", pareció decir con las manos antes de sonreír a pianista y bajista, únicos músicos que le acompañaron en la interpretación de la pieza.
El resto del programa se desarrolló sin mayores sorpresas. Lo mejor fue el arranque del concierto, en el que Cocker interpretó parte de sus mejores versiones. Luego se fueron sucediendo las baladas cinematográficas y las piezas de su último disco, un disco tan tibio como la reacción de los oscenses a lo largo del concierto.
Sólo con With a little help from my friends, se elevaron los ánimos de un personal que mayormente comentó las ventajas y desventajas de un pabellón muy polémico, cómo saltaba Cocker en algunos finales de canción, cuándo intrepertaría la esperada Unchain my heart y cuan bajo llevaba el cinturón debido a o prominente de su barriga. En los conciertos siempre hay motivos de comentarlo.
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