"Debía elegir entre quemar el libro de mi padre o editarlo", dice la hija de Albert Camus
Presentación en Barcelona de la novela autobiográfica 'El primer hombre'
Catherine Camus leyó por primera vez el manuscrito de El primer hombre a los 16 años, cuando hacía sólo dos años que su padre había muerto de accidente, en 1960. Le impresionó la descripción que hace Camus de los años de niñez y adolescencia, de la vida de miseria en Argelia. Supo más tarde que su madre había tomado la decisión de no publicar el libro. No eran buenos tiempos para Camus. "Los intelectuales destilaban mucho odio contra él", recuerda Catherine. Ahora, sin embargo, 34 años después, Catherine y su hermano han decidido publicar el libro y el éxito ha sido absoluto."La verdad es que no esperaba este éxito", explica Catherine, que ha viajado a Barcelona para presentar la edición española del libro (Tusquets). "A mí me gusta el libro, pero me daba miedo juzgarlo, ya que me era muy cercano; me daba miedo hacerle una mala jugada a mi padre. Al final, por suerte, todo ha salido bien, la crítica lo ha recibido de modo entusiasta y se vende mucho".
"No era fácil tomar la decisión de publicar El primer hombre", explica Catherine, "pero debía elegir entre quemarlo o publicarlo. Me daba miedo que los críticos dijeran que estaba mal escrito, que era aún un texto inacabado... Pero, a pesar de todo, preferimos publicar el libro como estaba".
En El primer hombre, Albert Camus pretendía, según se desprende de las notas finales, hacer un gran libro sobre Argelia, desde la colonización hasta la guerra, pero sólo llegó a escribir la parte que atañe a su infancia y adolescencia en un barrio pobre.
"Creo que en este libro mi padre huye de todo clasicismo", opina Catherine, "y hace lo posible por volver con los suyos, para vivir con los suyos. En 1957, cuando le dieron el Nobel, ya dijo que un escritor debe ser solidario con todos los que no pueden hablar y, en este sentido, creo que en El primer hombre está el origen de todo: su madre, que era analfabeta; su tío sordomudo; el ambiente de miseria... ".
"En El primer hombre puede verse la manera de vivir de Argelia", añade Catherine. "No la manera de pensarla, ya que mi padre criticaba que en Francia los intelectuales adoptaban posiciones abstractas respecto a Argelia, pero ignoraban cómo se vivía allí. Él siempre dijo que la ideología debe estar al servicio del hombre, y no al revés. Decía que no, debe sacrificarse una generación para hacer feliz a la siguiente. La historia le ha dado la razón, aunque en cierto modo es un contrasentido, ya que él pensaba que la historia no es tampoco un criterio".
Sobre la relación con España de su padre, que era hijo de una menorquina, cuenta Catherine: "El era muy sensible a todo lo español, y no sólo por sus orígenes. Amaba lo español. Estaba muy comprometido con los españoles exiliados y le interesaba la literatura española".
Al comentar la polémica Sartre-Camus, opina Catherine que el tiempo se ha decantado a favor de su padre. "En los sesenta los intelectuales le hubieran despellejado por este libro", dice, "pero la caída del comunismo ha creado un ambiente favorable".
Babelia
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