Grupos contrarios a la eutanasia logran que un juez paralice la ley aprobada por referéndum en Oregón
La entrada en vigor de la Ley para una Muerte Digna tendrá que esperar. Un juez del estado de Oregón, el primer lugar del mundo en el que se ha legalizado la eutanasia mediante referéndum, decidió en la noche del miércoles atender las reclaffiaciones de los grupos contrarios a la asistencia médica a los enfermos terminales y suspendió temporalmente la aplicación de la ley, que entraba ayer en vigor.
El referendum del 8 de noviembre fue aprobado por el 52% de los votantes de Oregón, un Estado de la costa oeste de EE UU cuya población no llega a los tres millones de habitantes. Los grupos médicos y religiosos derrotados en la consulta anunciaron su propósito de trasladar la batalla a los tribunales. En su nombre, dos médicos especialistas en cáncer, tres enfermos terminales y dos propietarios de residencias de salud alegaron ante el juez Michael Hogan que la Ley para una Muerte Digna viola las garantías contempladas en la enmienda 14 de la Constitución y entra en contradicción con la Ley de Personas con Minusvalías y la Ley de Libertad Religiosa. El juez ya había convocado previamente una sesión de debate para el 19 de diciembre. La Fiscalía de Oregón no encuentra nada anticonstitucional y está en desacuerdo con los obstáculos para que la ley entre en vigor.
Thomas Alderman, abogado de los querellantes, explicó que la legislación que autoriza la eutanasia deja desamparados a los enfermos terminales que "frecuentemente se encuentran deprim¡dos o desequilibrados y son especialmente sensibles a cualquier presión para poner fin a sus vidas cuanto antes".
Ley con cautelas
La ley establece numerosas exigencias: la petición debe realizarse. tres veces en el espacio de 15 días, de palabra y por escrito; el médico tiene que explicar al paciente las alternativas que tiene -aumento de las dosis de calmantes u hospitalización- y un segundo facultativo debe examinar al enfermo, confirmar que su expectativa de vida es inferior a seis meses y asegurarse de que no sufre ninguna depresión o alteración psíquica.Otro problema que preocupa a los adversarios de la eutanasia tiene raíces económicas muy reales: el elevado coste que supone mantener con vida a los enfermos sin salvación representa un poderoso estímulo para que los seguros presionen a favor de la ayuda para morir: "Los enfermos terminales son consumidores de servicios médicos muy caro?, recuerda Alderman.
Providence Health System, uno de las tres principales aseguradoras de Oregón, respaldada por la Iglesia católica, ha amenazado con tomar medidas contra los doctores de su plantilla que receten pastillas letales a enfermos terminales, a pesar de que la Ley para una Muerte Digna protege a los médicos de cualquier consecuencia legal.
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