El Pompidou de París expone 40 años de un arte diferente
El Centro Georges Pompidou presenta hasta el 23 de enero una exposición, Hors Limites. El arte y la vida 1952-1994, junto con conferencias y debates, que, por primera vez en Francia, pretende dar a conocer lo que se definió como "arte de otro". Un arte diferente emparentado directa mente con las vanguardias históricas olvidadas tras el paréntesis de la II Guerra Mundial: el futurismo, con frecuencia negado por razones más políticas que artísticas y el dadaísmo, y más próximo a nosotros, por lo que a Estados Unidos y a Europa se refiere, con John Cage.
El azar, la indeterminación o el principio de la no obstrucción cagiana influenció a muchos de los artistas que evolucionaron en este tipo de arte en sus orígenes, comenzando por lo de Fluxus, dinamizados por el lituano instalado en Estados Unidos, Georges Maciunas.
Más de 70 artistas, de los cuales, fiel a una tradición del Centro Pompidou desde sus orígenes, sólo 10 son mujeres por otra parte, marginadas en el catálogo- para resumir más de 40 años de un arte polimorfo, que adquiere formas muy diferentes según el país y la época, pero que tiene como denominador común -en principio- el deseo de liberar al arte de formas codificadas, terminar con la jerarquía de disciplinas y formas expresivas y acercarlo, en la medida de lo posible, a la vida. Eso que algunos denominarían anti-arte, que en los años sesenta estaba tan de moda que era un etiqueta casi obligatoria.
La exposición comienza con el action painting de Pollock a principios de los cincuenta y el grupo Gutai (Concreto), un grupo japonés pionero no sólo en las acciones, sino también en lo que atañe a ese minimalismo que se manifestaria más tarde enEstados Unidos y Europa, así como en lo que se denominaría con el tiempo instalaciones.
Poesía sonora
Más tarde, los happenings con Allan Caprow y su introductor en Francia, Jean Jacques Lebel, el accionismo vienés, Fluxus, el nuevo realismo, el body art, el letrerismo y la poesía sonora -en la exposición hay espacios donde se puede escuchar ésta tranquilamente rodeada de obras plásticas, sus contemporáneas-, y lo que luego se denominaría performances, un género que en estos últimos años se ha diversificado, alejándose mucho del concepto, inicial de las acciones, al introducirse en este terreno artistas procedentes del teatro y de la danza.Un recorrido interesante, que lo sería mucho más si sus responsables no hubieran olvidado completamente a los artistas fuera de la órbita de Estados Unidos, Japón y ciertos países de Europa del Oeste, que es el área geográfica en que evoluciona la muestra.
Por ejemplo, en la exposición no está representado ni un solo artista que viva y trabaje en los países del Este, como tampoco los hay de la península Ibérica, cuando tanto en Portugal como en España hay artistas significativos en este terreno.
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