Fuentes aborda en su novela 'Diana' un relato sobre la pasión y el idealismo
"No hay peor servidumbre que la esperanza de ser feliz". La primera frase de Diana o la cazadora solitaria (Alfaguara), la novela que el escritor mexicano Carlos Fuentes presentó ayer en Madrid, centra un relato autobiográfico sobre la pasión y el idealismo. El personaje central, Diana Soren, es el nombre ficticio de la actriz norteamericana Jean Seberg, con quien el escritor sostuvo un tórrido idilio, en el marco de una época no menos revulsiva: los años sesenta.La perspectiva del autor, juez y parte en este caso, enriquece y hace más dura aún la prueba de imaginar y exponer un tiempo, unos personajes y un mundo des de dentro y desde fuera, muchos años después. "Pensé que había llegado el momento de someter una parte de mi vida a la prueba de la literatura que, por eso mismo deja de ser autobiografía", explicó ayer. "Esta novela responde a una necesidad de recapitulación, de poner orden a una serie de pági nas", dijo, "no responde a un acto de desesperación sino de equilibrio".
Diana representa además una variación en el estilo del autor; es menos barroca. "El tema dicta el estilo de un libro", explicó, "y el estilo de esta novela es el de la crónica, muy distinto, por ejemplo, de Terra Nostra. Con esta novela he querido volver a los temas contemporáneos y dejar de momento los históricos".
Diana inicia una trilogía que continuará con Aquiles, el guerrillero y culminará con Prometeo, el precio de la libertad.
Alfaguara ha empezado a publicar también la obra completa de Carlos Fuentes, por iniciativa del director de la editorial en México, Sealtiel Alatriste. Los dos primeros volúmenes que han aparecido bajo el título genérico de El mal del tiempo, abarcan obras como Aura y Constancia y otras novelas para vírgenes.
