Las proyecciones de voto en Uruguay auguran un Parlamento muy dividido
ENVIADO ESPECIALUruguay, renuente a los cambios, con el 70% de su presupuesto dedicado a la Seguridad social y al pago de los salarios de su masivo cuerpo de funcionarios votó ayer pacíficamente en unas elecciones que decidían la presidencia y vicepresidencia de la república, sus 30 senadores, 99 diputados municipales y provinciales. El curso cambiante de las proyecciones privadas a boca de urna, su provisionalidad a las 9.30 de la noche (madrugada española), demostraban lo reñido de la disputa entre los candidatos de las tres principales fuerzas: Alberto Volonté, Partido Nacional (Blanco), Julio Maria Sanguinetti, Partido Colorado, y Tabaré Vazquez, por el izquierdista Encuentro Progresista (EP). La alcaldía de Montevideo parece quedar en manos de esta última fuerza y el nuevo Parlamento se constituirá muy dividido.
Eufóricas caravanas con banderas del movimiento de izquierdas y militantes enardecidos por su crecimiento electoral tomaron anoche la principal avenida principal de Montevideo. Sólo si ganase esa agrupación, posible por primera vez en la historia de la república, son de esperar cambios llamativos en la política nacional. Desde 1950 a la fecha han gobernado tres administraciones del Partido Nacionalista y cinco del Partido Colorado.
El voto de los 2.330.154 electores fue obligatorio y masivo, por encima del 80%, y todo aquel que no lo emitió sin justificación escrita será multado con 80 pesos (unas 2.000 pesetas) y el doble si el infractor es universitario o empleado del Estado.
Es la tercera consulta desde que los militares (1973-84) interrumpieron una largo período de tradición democrática.
Lo más reseñable de estos comicios es el crecimiento del EP y el empate en las encuestas previas de blancos y colorados, cuyos programas oscilan del centro hacia la derecha.
Dos plebiscitos
En dos plebiscitos simultáneos, los uruguayos se pronunciaron también sobre asuntos fundamentales. El primero propuso incluir en la Constitución una disposición que obligue a destinar a la educación estatal un mínimo del 27% del presupuesto, equivalente al 4,5 del Producto Interior Bruto (PIB); el segundo, defendido a capa y espada por medio millón de pensionistas y aprobado mayoritariamente según los avances del escrutinio, propugnaba que la Carta Magna prohiba cualquier reforma de las jubilaciones en el presupuesto.Los cuatro candidatos a la presidencia que cuentan con posibilidades de triunfo son, por el Partido Nacional, actualmente en el Gobierno, Alberto Volonté, 55 años, casado y con cuatro hijos. Descendiente del presidente Bernardo Prudencio Berro (1860-64) es militante blanco desde los 17 años. Juan Andrés Ramírez, a corta distancia en las preferencias de este partido, tiene 48 años, casado y cuatro hijos. Es también abogado, senador desde 1989, y ministro del Interior entre 1990 a 1993 con el presidente Luis Alberto Lacalle.
El ex presidente Julio María Sanguinetti, 58 años, casado y dos hijos, representa al Partido Colorado. Abogado y periodista, fue diputado en 1963, reelegido en 1966 y 1971, ministro de Industria (1969-1971) y de Educación un año después. En 1984 ganó la presidencia. Aspira nuevamente al puesto.
El oncólogo Tabaré Vazquez, 54 años, casado y cuatro hijos, dirigente del Partido Socialista. Alcalde de Montevideo desde 1989, ha sido presidente del Club Atlético Progreso, Liga Universitaria de Fútbol y representa al Encuentro Progresista (EP), del que forman parte el Frente Amplio, Partido Demócrata Cristiano, disidentes de otros partidos y grupos de tendencia marxista.
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