La ciencia en el escaparate

La feria más futurista del campus de la Universidad Complutense combina el puesto de trabajo del mañana y los descubrimientos, científicos de ayer: teoría y práctica bajo la misma lona.En Tecnhociencia, instalada en el Paraninfo, lo primero que hacen los pragmáticos universitarios madrileños es agolparse en un rincón de la carpa. Su futuro laboral está en juego y allí, hay una firma de informática que ha facilitado a la feria unos terminales de ordenador para que los estudiantes incluyan sus currículos en una bolsa de trabajo informatizada.

Según los organizadores, los visitantes pueden encontrar empleo en alguna de las 150 empresas que han ofrecido puestos de trabajo. Semejante motivación ha provocado que, de los más de 6.000 estudiantes que habían entrado hasta ayer en la carpa, cerca de 5,000 han tecleado ya sus méritos biográficos en el ordenador.

Despues, una vez tentada la lotería del curro, los estudiantes más curiosos se asoman al escaparate de la ciencia: cerca de cuarenta pabellones en los que distintos departamentos universitarios muestran sus últimos trabajos científicos. En el puesto del departamento de Mecánica de la Escuela Superior de Ingenieros Industriales de la UNED, el profesor Gabriel Lorente se esfuerza en dar vueltas al manubrio de un artefacto de complicado nombre, un "generador electrostático triboeléctrico". Se trata de su último invento y lo utiliza para dar energía a un experimento didáctico: el "billar eléctrico", en el que tres bolitas de corcho blanco muestran con espasmódicos movimientos cuan sensibles son a, las fuerzas de atracción y de repulsión provocadas por los campos eléctricos.

La muestra, organizada por la asociación universitaria IUVE y la Complutense, ofrece además diversas conferencias, mesas redondas y talleres prácticos, todos relacionados con el acceso al trabajo de los estudiantes.

Los que más disfrutan son los estudiantes de carreras técnicas. Casi todos los puestos tienen pantallas de ordenador en las que se hacen más atractivos los, a veces áridos, descubrimientos científicos. Una cúpula, parecida a un iglú, diseñada por el departamento de óptica de la Facultad de Físicas demuestra cómo se puede iluminar con poca luz natural un amplio espacio cerrado; un estudio del departamento de Bromatología (no se trata de la ciencia que estudia los chistes) de Farmacia analiza el contenido de sustancias anticancerosas de las distintas variedades de melones; incluso el departamento de Psicobiología de la facultad de Psicología de la UNED enseña cómo las ratas machos pueden desarrollar instintos maternales. El único roedor de ese puesto se convirtió el martes en el tema de discusión entre la catedrática de la UNED y algunos estudiantes contrarios a la experimentación con animales.

"Estas ferias sirven para demostrar a. los estudiantes que en España se hacen- más cosas de lo que la gente cree", asegura María Puelles, que enseña los avances del departamento de Silvopascicultura (estudia los bosques) de Ingenieros de Montes, "hay como un sentimiento de inferioridad. que sólo ves que no tiene ninguna. justificación cuando viajas al extranjero y te das cuenta que el nivel es parecido". Puelles también cree que hay una falta de comunicación entre las empresas y los investigadores; situación que, asegura, se suaviza con actividades como Tecnhociencia.

Tecnhociencia. Hasta el 18 de noviembre en la Carpa del Paraninfo de la Ciudad Universitaria. De 10.00 a 19.00. Entrada gratuita.