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La Comisión Europea abre 'una ventana'para que el Gobierno pueda conceder ayudas a Iberia

Xavier Vidal-Folch

L ayuda del Estado a Iberia es desde ayer posible, aunque supondrá una fuerte batalla. La Comisión Europea, quien tiene la competencia para aprobar estas ayudas, había aprobado la inyección de 130.000 millones de pesetas concedidos en 1992, con la condición explícita de que hasta 1997 no habría apoyos públicos adicionales. La normativa comunitaria se hizo ayer más flexible en este punto.El titular de Transprtes, Marcelino Oreja, logró que el colegio de comisarios aprobara por unanimidad la introducción de excepciones al principio one time, last time, según el cual las ayudas sólo se conceden por una única vez. La nueva comunicación de la Comisión Europea consagra la doctrina sobre las ayudas de Estado en el sector aéreo, mediante ocho mandamientos que deberán ser cumplidos por las empresas subsidiadas (ver EL PAÍS del 16 de octubre).De los ocho principios, el único que generó polémica en la reunión preparatoria -el documento se aprobó ayer por asentimiento- fue el segundo, el one time, last time, que había sido recomendado por un Comité de Sabios el pasado febrero. Quedó así: "La ayuda deberá ser la última, de conformidad con la ley comunitaria; esto implica que si una compañía aérea ha recibido ayudas, no se le podrán autorizar ayudas adicionales, a menos que medien circunstancias excepcionales, imprevisibles y externas a la compañía".

El borrador del texto aludía a circunstancias, "imprevistas", pero al final se modificó por "imprevisibles", para lograr la unanimidad. El asunto tiene su miga. Oreja explicó ayer que dichas circunstancias imprevisibles podían ser por ejemplo, la guerra del Golfo, o una devaluación, circunstancia ésta que le va como anillo al dedo a Iberia. Y ya el comisario de Competencia, Karel van Miert, respondió. Encontró "inadecuado" este segundo ejemplo. Sobre la interpretación de lo que es previsible y lo que no lo es se basará seguramente la discusión de la Comisión cuando Iberia le presente algún día su plan de reestructuración, lo que no ha hecho todavía.

La flexibilización del segundo mandamiento, en todo caso, se produce pese a las repetidas exigencias británicas de endurecer los criterios para aprobar las ayudas. Recientemente compañías del Reino Unido interpusieron un recurso ante el Tribunal de Luxemburgo por la aprobación de una inyección de capital a Air France, por valor de cerca de 400.000 millones de pesetas. Y los comentaristas más liberales de la prensa de dicho país insisten en denunciar toda ayuda como un atentado al libre mercado y la competencia. Pero el documento Oreja argumenta que no se puede prohibir en todos los casos una segunda ayuda, "porque la Comisión no puede cambiar o eludir el Tratado". Éste autoriza las ayudas, estatales, aunque restrictivamente, en sus artículos 92,93 y 94.

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