_
_
_
_
GUERRA EN LOS BALCANES

La población civil de Mostar contra la retirada de los españoles

Croatas y musulmanes consideran a los 'cascos azules' como la única garantía para evitar una guerra generalizada

FRANCESC RELEA ENVIADO ESPECIAL

El mayor obstáculo con que puede tropezar una retirada de las tropas españolas de la ONU desplegadas en Bosnia-Herzegovina es la reacción de la población civil, que intentará impedir por todos los medios la salida de los cascos azules, según estiman los responsables del contingente español. Croatas y musulmanes, nacionalidades mayoritarias en la zona de actuación del batallón español, ven a las fuerzas de protección de las Naciones Unidas (Unprofor) como la única garantía para evitar una guerra generalizada. No es descartable que en el caso de producirse una evacuación se repitan escenas como las del verano de 1993 cuando la población musulmana de Mostar retuvo durante varios días a los soldados españoles.

Más información
Los serbios llegan a cinco kilómetros de Bihac en un contraataque masivo

Con todas las limitaciones que impone el mandato de la ONU, las tropas españolas han contribuido en los últimos meses a que en Mostar se mantenga una frágil paz. El odio y los rece los entre croatas y musulmanes, que combatieron encarnizada mente hasta después de la prima vera pasada, están a flor de piel. Los serbios se mantienen expectantes desde sus posiciones en las montañas, con capacidad para seguir provocando matanzas. En este ambiente hostil, los soldados españoles se han granjeado las simpatías de la población gracias a su labor como fuerzas de interposición entre los combatientes y a su participación en la reconstrucción de la ciudad arrasada. Los mandos del contingente español descartan una retirada unilateral y aseguran que, si se lleva a cabo, se hará en coordinación con los otros países de la Unión Europea Occidental (UEO) que tienen unidades en la antigua Yugoslavia.- Tras la decisión unilateral de la Administración estadounidense de retirarse de la vigilancia del cumplimiento del embargo de armas contra Bosnia, las instrucciones del Gobierno español a sus cascos azules en la zona han sido claras: todo tiene que estar a punto para una evacuación. "Los países que aportan tropas a Unprofor tienen su propio plan de retirada. Nosotros tenemos el nuestro", dice el coronel Francisco García Almenta, jefe de la Agrupación Extremadura, que está desplegada en Bosnia desde el pasado 31 de octubre.

Hay cuatro niveles de retirada, según las condiciones en las que tenga que llevarse a cabo. Desde dos meses, lo que permitiría llevarse todo el material desplegado en las bases, hasta una semana, plazo mínimo en el que sólo se podría evacuar al personal con su armamento y los vehículos. El coronel García Almenta subraya que no se contempla una retirada bajo presión de los beligerantes, ya que haría prácticamente imposible la operación. España tiene en la antigua Yugoslavia 1.289 hombres distribuidos de la siguiente manera: 445 en Drazevo; 275 en Medjugorje; 208 en Tivulje. En Mostar hay desplegadas una compañía de 116 hombres en el Oeste, otra de 111 en el Este y 12 guardias civiles. A éstos hay que añadir los soldados y oficiales en diversas oficinas de Unprofor en Bosnia y en Croacia.

Ensayos de evacuación

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Los ensayos de evacuación realizados por ahora han sido esencialmente sobre el papel y han consistido en un censo de todos los españoles, tanto militares como civiles de organizaciones humanitarias (ONGs) desplegadas en diversos puntos de Bosnia-Herzegovina. Cada lunes los mandos militares se reúnen en la base de Medjugorje con representantes de las ONGs que trabajan en la zona bajo responsabilidad del batallón español. "Los simulacros de evacuación sólo servirían. para advertir y dar pistas a la población local. Todo el plan de retirada puede tener éxito o acabar en fracaso en función del apoyo de los habitantes de la zona. El plan de seguridad tiene que ser muy secreto porque afecta a la seguridad de los españoles, no sólo soldados, sino también a las organizaciones humanitarias", advierte el comandante Ramón Álvarez.

Los responsables de las tropas españolas coinciden en que si Estados Unidos levanta el embargo de armas contra Bosnia, la Armija no se armará en tres días, con lo que no se prevé una retira da de Unprofor en un plazo inferior a los cinco o seis meses. Las fuerzas croatas del HVO son las que tienen más capacidad para poner dificultades a una retirada española, ya que controlan en gran medida la ruta del Neretva, por la que, en principio, tendrían que circular los convoyes. Las fuerzas musulmanas también podrían entorpecer la salida de la compañía española en Mostar Este. Los serbios, por su parte, tienen al alcance de su artillería la base de Medjugorje y la de Drazevo, aunque nunca hasta la fecha han atacado una guarnición española. "Ahora todo son suposiciones. Está por ver cuál sería la actitud de cada uno de los bandos. Nuestras relaciones con las autoridades son buenas, pero ésta es su guerra", señala un oficial.

En la actividad diaria del batallón español no se percibe especial inquietud más allá del interés en conocer "qué se cuece" en las altas esferas. Cuando el telediario anuncia que Francia, España y el Reino Unido han decidido plantearse la retirada para después del invierno, la reacción generalizada en la cafetería de Medjugorje es de respiro, al menos porque ya saben a qué atenerse.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_