Primer estudio europeo sobre parches de nicotina con 3.000 fumadores
Un total de 3.000 fumadores participan en el Estudio Europeo Multicéntrico de Deshabituación del Tabaquismo (CEASA) que pretende confirmar la hipótesis, cada vez más defendida por los expertos, de la eficacia del parche de nicotina para abandonar el hábito del tabaco. En este estudio intervienen 17 países europeos y 36 hospitales. España participa con el hospital de la Princesa y un centro de salud, ambos en Madrid, y los hospitales German Trias y Pujol de Badalona y Comarcal de Igualada, en Barcelona. La investigación se prolongará hasta 1996.Según el doctor Carlos Jiménez Ruiz, jefe de la unidad de tabaquismo del servicio de neumología del hospital de la Princesa, han sido incluidas en el CEASA personas en edades entre 20 y 70 años, sanas, que fumaban 15 o más cigarrillos al día durante los tres últimos años, y que han intentado abandonar el tabaco por lo menos en una ocasión.
"En este estudio", explica, "pretendemos confirmar la utilidad del parche y comparar la eficacia de las dosis de 15 y 25 miligramos. Asimismo, queremos comprobar si la efectividad del parche aumenta cuando el periodo de tres meses de tratamiento se prolonga a seis".
Para este experto, la voluntad de querer dejar de fumar es un punto de partida fundamental: "El parche no es ninguna fórmula mágica. Con esta medida también es imprescindible el esfuerzo y el sacrificio. Pero no cabe duda de que el parche es una gran ayuda, y así lo expresan quienes se someten a esta terapia de deshabítuación del tabaco".
Placer y ansiedad
Manuel García, de 44 años y un historial de 30 fumando, lo tenía claro: "Lo primero que yo había decidido era dejar de fumar y después, una semana más tarde, me apunté a una experiencia con parches de nicotina", explica. El 30 de septiembre por la noche se fumó el último pitillo. Y hasta hoy, 40 días después, no ha vuelto a probarlo. "Yo no sé cual es el efecto del parche, ni si la voluntad que pones es la misma del que deja de fumar por otros medios. Yo siento deseos de fumar con la misma frecuencia y en los mismos lugares y situaciones en que antes lo hacía. Pero el deseo sólo dura uno o dos minutos. Desde luego el parche no suple el placer que te proporciona el cigarrillo, aunque sí te quita la ansiedad", relata.El parche va liberando pequeñas dosis de nicotina que pasan a la sangre. "El fumador", aclara Jiménez Ruiz,, "no siente de forma tan acusada el síndrome de abstinencia como si dejase de fumar bruscamente. Con el paso de los días, la cantidad de nicotina que impregna el parche se va reduciendo". El emplasto se coloca generalmente en la cadera, los hombros o la espalda. Se aplica uno nuevo cada mañana y se retira por la noche, tras haber permanecido unas 16 horas sobre la piel. "El 80% de los fumadores tiene adicción a la nicotina, ya que esta sustancia crea dependencia. Sólo el 20% restante tiene una adicción más bien psicológica y fuma por tener algo en la mano, como ellos mismos dicen, y por costumbre, generalmente asociada a otros hábitos, como el tomar café, reuniones con los amigos, viendo la televisión o frente al ordenador".
Jiménez Ruiz, que admite que lo más frecuente es dejar de fumar a la segunda o tercera tentativa, considera que, con independencia del método elegido, lo mejor es abandonar el hábito de un día para otro. "Resulta menos efectivo", asegura", "ir reduciendo gradualmente el número diario de cigarrillos". Opina igualmente que la aplicación del parche de nicotina en la deshabituación del tabaco debe ser supervisada por un médico.
Este especialista admite que la gran mayoría de las personas que consiguen dejar de fumar, ganan algo de peso. "Aunque se coma lo mismo, también se cogen tres o cuatro kilos, ya que la nicotina es un sistema de combustión calórica. Ahora bien, al cabo de tres meses, si no se ha alterado la alimentación, se pierden esos kilos ganados".
