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Entrevista:

"Mi novela es una forma de asumir que soy hijo de Bogart y Bacall"

MARUJA TORRESAlto, delgado, elegante. Inevitablemente, tiene los ojos líquidos y sardónicos de su madre, Lauren Bacall, y la forma de la cabeza, los labios restringidos de su padre, Humphrey Bogart, que dan como resultado una inesperada y húmeda sonrisa. Físicamente, es el resultado impecable del cruce de una gélida yegua de la escudería de Harper`s Bazaar con un perro perdigón que se las sabía todas. Puede que la yegua no fuera tan helada ni el can cazador tan hábil, pero éste es un secreto que Stephen Bogart, 45 años, desvelará en su próximo libro, una autobiografía. Ahora acaba de estrenarse con una novela negra, que interesadamente ha titulado Tócala otra vez (ver Casablanca), porque adora el género. Es la historia de un detective privado que tiene que descubrir al asesino de su madre, que, casualmente, es una estrella de cine. Bogart vive en Nueva Jersey, está casado, y es padre de tres hijos. Hasta descubrir su vocación de escritor ha sido productor independiente de informativos para televisión.

Pregunta. ¿Odia usted Hollywood tanto como el protagonista de su novela, el detective R. J. Brooks?

Respuesta. No, no lo odio. Sólo creo que Hollywood se ha convertido en un lugar en el que no hay espacio para nada nuevo,en el que sólo se piensa en conseguir mucho dinero, 15 o 20 millones de dólares, para pagar a una estrella que atraiga a la taquilla. Hay gente que hace cosas diferentes, como Quentin Tarantino, pero pienso que Hollywood es hoy algo muy distinto a como era en la época de mis padres.

P. ¿Por qué ha escrito este libro?

R. Pensé que podía hacerlo. Tenía una buena idea para la trama, y me gusta el género, como lector. Estuve unos tres años escribiéndola en mis ratos de ocio, pensaba que iba a tardar siglos, pero, para mi sorpresa, me encontré con una persona, que luego se convirtió en mi agente, a la que mostré el borrador. Le encantó, y me estimuló para que lo terminara.

P. ¿Le puso el título Tócala otra vez desde el principio. o se le ocurrió posteriormente?

R. Mi libro no tenía título. Entre mi editor, mi agente y yo pensamos en varios, y acabó saliendo éste, que nos pareció el adecuado por un montón de razones: primero, porque es una frase que la gente conoce y por la que puede comprar el libro y leerlo; en segundo lugar, por que alude al comportamiento del asesino, que siempre se repite, y, por último, porque es un título que, en cierto modo, significa que Bogart regresa a las historias de detectives.

P. ¿Por qué la víctima es su madre, perdón, Ia madre del protagonista?

R. Porque mi personaje es un detective especializado en divorcios y cosas así, y era difícil envolverlo en la trama de un asesinato que le importara muy directamente. Por eso pensé en lo más cercano: la madre.

P. Mucha gente pensará que esta novela es un intento subliminal de reconciliarse con su progenitora real Lauren Bacall, después de matarla.

R. Mi madre me advirtió de lo mismo: "Todos van a decir que no tenemos una buena relación". Pero es ficción. Yo nunca he dejado de tener trato con mi madre, hablo por teléfono con ella una vez a la semana, nos vemos a menudo, pasa las vacaciones en casa, se preocupa por mis hijos. Tuvimos unos tiempos difíciles desde mi adolescencia hasta mis treinta y pocos, pero nada que ver con el libro.

P. Una cosa que sale en su libro sí estuvo presente en su familia: el alcohol.

R. Esto es algo que pensé que haría que mi novela fuera un poco diferente: el hecho de que el asesino elige a sus víctimas a través de Alcohólicos Anónimos.. Mi padrastro, Jason Robards, era alcohólico y solía ir a las sesiones, y he tratado a más gente que lo hacía. Personalmente, no bebo, pero uno escribe sobre lo que conoce.

P. Recuerde otra vez. Quiero decir su familia, su infancia.

R. Yo tenía ocho años cuando murió mi padre, y no guardo muchos recuerdos de él pero disfruté de una estupenda infancia: buena casa, buena familia, perros, piscina, buenos amigos. Cuando él murió, todo cambió. Bueno, sigo teniendo una buena familia y excelentes amigos.

P. ¿Ha descubierto ahora su pasión literaria, o quiere seguir siendo productor?

R. Escribir es muy duro, no es un trabajo fácil. No pienso dejar de producir, quiero seguir siendo un pequeño productor, por libre, pero antes de regresara la televisión quiero escribir, otra novela.

P. ¿Querría producir una película basada en este libro?

R. No me gustaría involucrarme en cosas de Hollywood.

P. Sin duda preferiría vender los derechos.

R. Usted me comprende.

P. ¿Quiere opinar algo acerca de los resultados de las elecciones del miércoles en su país?

R. En Estados Unidos se está llegando a un punto en que no importa quién es elegido. Sólo tienes republicanos y demócratas enfrentados. Lo bueno de Bill Clinton, en mi opinión, es que está tratando de hacer cosas, de cambiar algo. A mí no me gusta la nueva ley de inmigración que acaba de votarse en California, y estaba a favor de Mario Cuomo, pero ha perdido. Hay un gran giro hacia la derecha, un fuerte movimiento proconservador, y eso me preocupa. Por otra parte, creo que necesitamos, por lo menos, un tercer partido, si queremos un cambio.

P. Como productor de informativos, ¿qué tipo de noticias prefiere para trabajar?

R. Las que tienen contenido humano, las que conciernen a la gente corriente.

P. ¿Que piensa de la tendencia al reality-show?

R. Ése es el gran error de la televisión . Es cierto que ya nada es privado, que cuando la gente comete errores no puede evitar que la rodeen las cámaras. Los profesionales serios no usan esto con fines sensacionalistas, pero es cierto que algunos informativos de prestigio norteamericanos están introduciendo carnaza, y siempre por lo mismo: índice de audiencias, dinero, orque en la televisión ocurre lo que en Hollywood. No hay ideas nuevas.

P. ¿Está preparando algo?

R. Junto con otro escritor, y para el próximo octubre, estoy preparando una autobiografí en la que cuento la muerte de mi padre, lo que yo sentía de niño, cómo repercutió en mí la fama de mis padres. Creo que puede resultar interesante, porque es difícil hacer algo por uno mismo cuando se tiene un legado así.

P. Usted, ¿cómo manejo esa circunstancia?

R. Fue duro. Huía de la publicidad, decía llamarme de otro modo. Decía que yo no era el hijo de Bogart, que si lo fuera estaría en Hollywood.

P. Sin embargo, parece haberse curado. Ese apellido grandote en la portada del libro, el mismo título, ¿indican que Tócala otra vez ha sido una especie de terapia?

R. Sí, sí.. ay un momento en la vida en que uno debe desprenderse de este tipo de fardos. Mi novela es una forma de asumir que soy hijo de Bogart y Bacall. Ahora que tengo casi 50 años...

P. Sólo 45..

R. Delante de mi madre digo 50, eso la vuelve loca, porque no le gusta que se sepa mi edad. Bueno, pues este libro probablemente es mi forma de purgarme de los problemas del pasado y asumir quién soy.

P. Una purga rentable.

R. Eso espero. Dos de mis tres hijos todavía tienen que ir a la Universidad. Tengo que ganar dinero.

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