El destituido comandante Cortés se siente víctima "del clima de presión" en el cuerpo

El comandante de la Guardia, Civil Ramón Cortés Márquez, destituido de su cargo de enlace con los países europeos del Grupo de Schengen, declaró ayer a este periódico que se siente víctima "del clima de presión" que se ha instalado en la institución tras el caso Roldán. La única razón que Cortés ve para su destitución -"que acato disciplinadamente" dice- es haber alquilado un chalé de su propiedad, aunque promovido por el Patronato de Viviendas del cuerpo.Cortés tuvo que levantarse el martes de una reunión en Bruselas para regresar precipitadamente a Madrid. Esa tarde, el director del Gabinete de Coordinación de Interior, coronel Antonio Morales, le comunicó "verbalmente" que "dejaba de trabajar" con Schengen.

El destituido entiende que al alquilar el chalé no ha realizado "ninguna actividad que no esté permitida por las leyes" y esgrime la escritura notarial, que no contiene cláusulas restrictivas para el alquiler o venta ni indica que esté acogida a ayuda pública alguna.

El chalé fue alquilado "exclusivamente para domicilio". Pero, en septiembre, la policía registró la casa -en la calle Árbol del Cielo (Madrid)-, donde halló varias dosis de droga y a cinco ancianas, que procedían de un asilo legal de la esposa del arrendatario, Julio César G. M.

El comandante alega que no le constaba que los inquilinos tuvieran antecedentes y que no tiene "ninguna responsabilidad" sobre los actos de aquéllos. La casa está alquilada de nuevo a otras personas.

Cortés afirma que, cuando este asunto saltó a la prensa, informó de todo a María Victoria San José, subdirectora del Gabinete Técnico, departamento al que está adscrito. El comandante espera que estos hechos "no afecten lo más mínimo" a su futuro profesional. Hoy acudirá a la Dirección General a recibir órdenes.