Territorio de la humanidad
Se da ya por hecho que el Parque Nacional de Doñana va a entrar en diciembre en la lista de sitios naturales reconocidos como Patrimonio Mundial de la Unesco, ya que el órgano asesor, la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), ha informado favorablemente. Este reconocimiento mundial tiene una doble lectura. Por un lado, es un título más, un papel más que acredita teóricamente el valor de una reserva natural, pero que no supone, de hecho, más medios o más dinero.Pero, por otro lado, es un examen superado que atestigua la excepcional riqueza de Doñana -lo irrepetible de su condición- y puede acallar críticas. Con ese objetivo promovió la candidatura el Icona hace tres años. "Frente a la avalancha de desacreditaciones infundadas y acosos que sufría Doñana, había que conseguir un reconocimiento contundente", ha explicado Santiago Marraco, ex director del Icona. Eran conscientes entonces de que este listado se estaba desprestigiando, porque se entraba sin mayores exigencias. Pero desde el año pasado, la Unesco se ha vuelto más escrupulosa y no da vía libre a cualquiera. De hecho, según datos de la dirección de Doñana, de las 15 candidaturas de este año sólo se ha dado curso a tres.
Frente a la abundancia de Patrimonio de la Humanidad entre ciudades y monumentos (120), sólo 15 espacios naturales europeos han entrado en la lista: Durmitor (Montenegro), Plitvice (Croacia), Ochrid y su lago (Macedonia), Grutas de Skocian (Eslovenia), Srebarna (Bulgaria), Bialowieza / Belovezhskaya (Polonia / Bielorusia), delta del Danubio (Rumanía), Meteora y Monte Athos (Grecia), Giant's Causeway e Isla Santa Kilda (Reino Unido), Reserva de Girolatta y Porto GuIfs y Scandola (Francia) y Garajonay (España).
