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El ataque gubernamental sobre Huambo pone en peligro los acuerdos de paz en Angola

El espinoso proceso de paz en Angola ha quedado estancado en un laberinto de noticias contradictorias. El Protocolo de Lusaka, penúltimo intento por acabar con una guerra civil que dura ya más de 18 años, alcanzado el pasado 31 de octubre y cuya firma final, el 15 de noviembre, está aún pendiente, corre peligro de muerte. La culpa la tiene Huambo, la segunda ciudad del país, y cuyo control militar reclamaban ayer los dos bandos: el Ejército angoleño, fiel al Gobierno del Movimiento Popular para la Liberación de Angola (MPLA) y el grupo guerrillero de la Unión Nacional para la Independencia Total de Angola (UNITA).El portavoz del Estado Mayor del Ejército, general José Manuel Jota, anunció ayer que tras dos semanas de intensos combates, en los que murieron según sus cuentas 1.200 personas, sus fuerzas habían tomado el control absoluto del aeropuerto Albano Machado, donde tiene instalado su cuartel general UNITA; el palacio de Gobierno y de diversos puntos estratégicos de Huambo, poniendo así fin a casi 20 meses de control guerrillero. Este éxito militar se veía respaldado por otro alcanzado el viernes, la conquista de Soyo, localidad petrolera del norte del país y reforzaría la tendencia militar de los últimos días a favor del MPLA.

El delegado de UNITA en Lisboa, Adalberto da Costa Junior, negó la veracidad de los hechos y denunció una "maniobra política [del MPLA] tendente a evitar la presión internacional". El Consejo de Seguridad de la ONU apeló el viernes al presidente José Eduardo Dos Santos a "ejercitar la autoridad necesaria" para poner fin a los combates en la zona.

Versiones contrarias

Costa Junior aseguró haber hablado en la mañana de ayer con el general de UNITA, Paulo Lukaniba Gato, el conquistador de Huambo en marzo de 1993, quien le informó que las tropas progubernamentales se encontraban en sus mismas posiciones; a 15 kilómetros de la ciudad.

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Esta versión está refrendada por el personal de la Cruz Roja en Huambo. A la pregunta de si podía confirmar la versión oficial de que el Ejército había capturado la ciudad, uno de ellos contestó con rotundidad: "Simplemente no es cierta". Y añadió: "La situación está muy tranquila, parece que no hay movimientos esta mañana".

Las tropas gubernamentales bombardearon ayer el aeropuerto y zonas distantes de Huambo, mientras trataban de construir un puente sobre el río en una zona muy minada para facilitar su conquista.

La batalla por el control de Huambo se desarrolla en vísperas de las negociaciones que el jueves deben conducir en Lusaka, capital de Zambia, los jefes de Estado Mayor de los dos bandos en las que, de acuerdo al Protocolo de Lusaka, se establecerán las bases del alto el fuego que entrará en vigor el 17 de noviembre. La celebración de esta reunión, que no ha sido desconvocada aún, es la clave de la paz.

"Resulta un espectacular golpe de efecto lanzar una ofensiva contra Huambo mientras se negocia el alto el fuego", asegura Helmoed Romer-Heiman, destacado analista angoleño. "Si esto no mata el proceso de paz, estará muy cerca de lograrlo". De la misma opinión es un destacado diplomático africano en Lusaka: "No veo posible la firma del Protocolo tal y como estaba prevista para el 15". La presión sobre Huambo, y su eventual conquista, obliga a UNITA a redefinir su posición política.

Por si hubiera cualquier duda, Marcos Samando, representante de UNITA ante la ONU expresó ayer con claridad cuál será el futuro de los acuerdos de paz: "Si Huambo cae todo [el proceso de] Lusaka se irá al garete".

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