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Más de un centenar de muertos en cinco días en una ofensiva contra los radicales en Argelia

Las fuerzas de seguridad han lanzado una feroz ofensiva por todo el país contra los grupos armados islamistas, causando más de un centenar de muertos en los últimos cinco días, de ellos, al menos 84 son integristas, según un comunicado oficial recogido anoche por la agencia France Presse. Por otro lado, el cadáver del ciudadano francés Jean-Frangois Marquette, de 26 años de edad, fue encontrado ayer en Buira, a poco menos de 100 kilómetros al sur de Argel. La víctima fue secuestrada el día anterior cuando el vehículo en que viajaba fue interceptado en un falso control de policía. Con esta muerte se, eleva ya a 69 el número de extranjeros asesinados en Argelia en los dos últimos años, entre ellos tres españoles.

La nueva víctima, que es la número 21 de nacionalidad francesa, llegó en su coche hace pocos días desde París y se dirigía con un amigo a la ciudad de Batna, a más de 500 kilómetros de Argel, en la región del Aurés, al este del país. El coche se detuvo en un punto indeterminado del término de Buira por indicación de un falso control policial. Las circunstancias del secuestro y asesinato, así como las razones del viaje, juzgado temerario por los observadores políticos, no han sido por el momento reveladas, pero recuerdan a las que rodearon a la muerte del español Manuel López Bailén, quien fue asesinado en diciembre de 1992 también en una carretera al ser interceptado su vehículo por un grupo de la guerrilla.Los comandos islamistas, vestidos de uniforme, suelen levantar controles en las carreteras de las regiones en donde están fuertemente implantados, como es el caso de Buira. Su método de actuación es detener a los coches, pedir la documentación a los viajeros y asesinar a los que consideran objetivos militares, en particular a los miembros de las Fuerzas de Seguridad argelinas y magistrados. En menos de un mes, los extremistas han matado a cuatro franceses. Las últimas víctimas extranjeras fueron dos religiosas españolas, asesinadas a tiros en el barrio popular de Bab el Ued, feudo del integrismo argelino. El Grupo Islámico Armado (GIA) hace un año que exigió la salida del país de todos los extranjeros bajo amenaza de muerte. Este movimiento es el más radical de los grupos armados argelinos.

El asesinato del súbdito francés se produce en un momento especialmente delicado para el Gobierno de París, que trata por todos los medios de reducir la presencia de sus ciudadanos en Argelia. Las indicaciones del Elíseo están siendo seguidas con discreción por numerosas empresas, entre ellas Gaz de France, que está elaborando un plan de repatriación de 200 técnicos, según han indicado diversos medios informativos occidentales.

Gaz de France decidió la retirada de esos técnicos hace poco menos de tres semanas como consecuencia del asesinato de dos ingenieros perpetrado en un yacimiento petrolífero, en el término municipal de Jenchela, al oeste de Argelia. Los técnicos que Francia se propone ahora repatriar debían participar en los trabajos de renovación de una empresa dedicada a la licuefacción de gas en la localidad de Skida, cerca de Constantina.

Otras empresas energéticas europeas se plantean la reducción de sus efectivos, y algunas, como la norteamericana Betchel, encargada de Construir el gasoducto de Argel a Europa, pasando por Marruecos, ha solicitado a las autoridades argelinas permiso para contratar a técnicos filipinos, quienes por el momento se encuentran a salvo de la violencia integrista.

El asesinato. del súbdito francés supone un duro golpe para los servicios de seguridad, que en los últimos días han venido actuando con firmeza y ayer anunciaron la muerte del autor del atentado con bomba perpetrado el pasado (lía uno en un cementerio de Mestaganem, al oeste de Argelia, en el que murieron cinco niños. El activista fue abatido junto con otros 33 integristas radicales en un bosque situado a unos 30 kilómetros al sur del pueblo de Sidi Afl, escenario de la matanza. La noticia no ha sido, sin embargo, confirmada oficialmente.

En plena escalada de la violencia y mientras las fuerzas de seguridad y del Ejército se despliegan por diversos puntos del país -"la radicalización del poder se concreta" y "el diálogo de los partidos con el Gobierno fracasa", aseguraban ayer los periódicos locales-, se da ya por seguro el traslado de los dos dirigentes históricos del FIS, Abassi Madani y Ali Belhay, a la prisión militar de Blida y el fin de su arresto domiciliario en un palacete de Argel.

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