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Tribuna:LA ENSEÑANZA DE RELIGIÓN
Tribuna
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Asignatura Condorcet

Fernando Savater

Lo de la dichos asignatura de religión en el bachillerato es algo que ya pasa de castaño oscurantista. Malo es que en el plan de estudios de un país democrático se incluya una asignatura idológica como consecuencia del acuerdo con un país extranjero: cosa que nada tiene que ver con la libertad religiosa, porque. ésta exige que a nadie se le impida instruirse en la religión que prefiera o en ninguna pero no que el Estado deba costear tal adoctrinamiento.Disparatado e irracional a todas luces resulta (aunque haya cincuenta sentencias a favor del Tribunal Supremo, el cual en materia de sentido común aún no es competente) que esa catequesis se convierta en parte de un currículo académico destinado a valorar lo que los jóvenes saben, no en lo que creen y que aspire al mismo rango que las matemáticas o la geografía: si quiere tal consideración, que se atreva a someterse a los mismos controles racionales que esas ciencias.

Y para colmo, los alumnos que no deseen cursar tal materia (pues ésa es la única conquista, el haber convertido en voluntario lo que bajo la dictadura era obligatorio, sin que tal imposición hiriese entonces las convicciones de tanto clérigo que hoy aboga por la libertad de enseñanza) se ven obligados a permanecer en las aulas dando otra clase, repasando o lo que inventen para para que el voluntariado catecismeno no deserte en masa al ver a sus compañeros irse a casa. ¿Qué pasa, acaso el concordato con la Santa Sede estipula no sólo cómo debe ser la asignatura de religión sino también lo que tienen que hacer con su tiempo quienes no la cursan?

Bueno, sea. Si hemos de tener por fundamental la asignatura de religión y hay que proporcionarle una alternativa académica del mismo rango, inventemos una asignatura nueva que se le parezca: es decir, que sea, también. ideológica y que se preocupe de adoctrinar a los jóvenes sobre lo que representan las creencias religiosas de las que nuestro pasado histórico es inseparable. Ya que este año es el bicentenario de la muerte de Condorcet, podríamos homenajearle utilizando como libro de texto su Almanaque antisupersticioso", en el que inventarió para cada día del año las atrocidades cometidas en nombre del catolicismo: por ejemplo, el. 9 de febrero conmemora el suplicio de Giordano Bruno, quemado vivo en 1600; el 31 de marzo se acuerda de un tal Guillon, que habiendo comido carne de caballo en sábado fue decapitado por irracional que sacrilegio en 1629; el 24 de agosto recuerda la matanza de San Bartolomé en 1572, y el 13 de abril, la se convierta condena por Pío VI-de los en parte de principios de la Declaración de Derechos del Hombre aprobada por la Asamblea francesa en 179 1. Etcétera

Claro que ese almanaque se queda un poco. lejos de nuestra época, por lo que debería ser prolongado con algunas lecturas complementarias que modernicen la asignatura: propongo para el caso La política de los pa pas en el siglo XX, de,Karlheinz Deschner, documentada visita al pasado re ciente editada por Yalde en Zaragoza; o

El desafío oscurantista, de Paolo Floresd'Arcais, sobre la trayectoria política y social de Juan Pablo II, que aparecerá pronto publicado por Anagrama. Para el caso español, El florido pensil tiene algunos modelos logrados de lo que fue la catequesis bajo el franquismo. Por supuesto , la asignatura no debería ceñirse meramente a lo histórico y serían deseab-les también,análisis teóricos del fenómeno religioso , desde los Ditilogos sobre la religión natural, de Hume, tan lúcidos y gratos de leer, hasta El porvenir de una ilusión, de Freud, pasando sin duda por La esencia del cristianismo, de Feuerbach.

Bien pensado no hay mal que por bien o venga, como dijo Franco cuando volaron a Carrero. Esta nueva asignatura puede ser utilísima. Debería llevar como lema el verso de Lucrecio: tantum religio potuit suadere malorum. Antes de que supriman del todo las humanidades, pidan a su hijo de letras que se lo traduzca.

Fernando Savater es catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid.

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