La España profunda
La última corrida de Jesulín en la presente temporada puede pasar a la historia como una triste estampa de la España profunda, chabacana y chapucera. Como mandan los cánones de esta negra España, el paseíllo es precedido por una pelea en los tendidos en la que se derrama abundante sangre.Hasta el tercer toro, Jesulín aún no ha toreado. Tampoco en éste, que era brusco y violento. Se desplanta ante él de rodillas y de espaldas, y la gente se vuelve loca. Tras la muerte del cuarto, ante el que ligó varias series con la derecha, las chicas asaltan el ruedo.
Con el quinto, un toro violento, un descanso. En el sexto surgió la sorpresa de la noche: Manuel Morilla, apoderado del torero, provocado por éste, se acerca al toro, consigue dar un pase por alto y es arrollado espectacularmente. La acción quedó, felizmente, sólo en un ridículo bochorno.
Varias ganaderías / Jesulín, único espada
Siete toros de diferentes ganaderías, chicos, flojos y mansos. Destacó el 7º, al que se le dio la vuelta al ruedo.Plaza de Sanlúcar de Barrameda, 22 de octubre. Lleno de "no hay billetes".
Jesulín pidió el sobrero. Le dieron las dos orejas y el rabo y el presidente concedió la vuelta al ruedo.
A hombros, entre gritos, sollozos y pinceladas esperpénticas, terminó Jesulín su temporada.
Babelia
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