"Las grandes ciudades no son cardiosaludables; Madrid mata"
La primera paciente a la que trasplantaron el corazón en la clínica Puerta de Hierro tenía 11 años cuando la operaron. Acaba de cumplir los 21. Luis Alonso Pulpón, cardiólogo de 45 años y jefe de la unidad de trasplante cardiaco de este hospital, recuerda aquel momento, junto a todo el equipo que trabaja con él, como uno de los más emocionantes de sus carreras. Fue el segundo trasplante de corazón en España. La labor ha continuado y ya son casi 300 los pacientes que han recibido en Puerta de Hierro el corazón que les ha permitido seguir adelante. La unidad cumple ahora 10 años a la cabeza, ¿te los trasplantes cardiacos. La conmemoración coincide con la Semana del Corazón, en la que participa Pulpón y que concluyó el jueves en Madrid.Pregunta. ¿Después de 10 años sigue siendo duro pedir a los familiares un órgano en donación?
Respuesta. Sí, es un momento muy malo, porque se trata de personas jóvenes totalmente sanas que súbitamente mueren a causa de un accidente. Pedir a la familia que donen los órganos de su hijo es muy duro. Es un momento totalmente emocionante, que a todos los que trabajamos en esto nos sigue pareciendo uno de los actos más humanos que puede existir. La gente en España es muy solidaria. Por eso es muy rara la familia que rechaza la donación de órganos de su hijo.
P. Madrid es la comunidad autónoma donde existe mayor número de donantes.
R. Realmente, no basta sólo con morirse para. convertirse en donante. E-1 cadáver debe continuar latiendo, aunque el cerebro ya esté muerto, para que los órganos sigan en funcionamiento. Para eso no sólo debe haber muerte; lo ideal es que se produzca cerca de un hospital para mantener vivo ese cadáver. Y eso no es nada fácil. En Madrid existe una concentración de hospitales muy grande, lo que facilita el traslado de los muertos en accidente a los centros sanitarios y que así existan muchos donantes.
P. ¿Cúal ha sido el momento más emocionante de estos 10 años?
R. El primer trasplante es algo que no se olvida. Ahora, para nosotros se ha convertido en una rutina que venga un corazón de Barcelona y que en cuanto el cirujano lo trasplanta empiece a latir.
P. ¿Entre los pacientes trasplantados y los responsables de la unidad se establece una relación estrecha?
R. Evidentemente. Estos enfermos son muy dependientes del hospital. Se crea sensación de familiaridad, lo cual a veces es duro, porque el médico no deja de pasarlo mal cuando los enfermos tienen problemas.
P. Las condiciones en que se vive en Madrid, ¿cómo afectan a la salud del corazón?
R. Madrid maltrata mucho el corazón. Madrid mata. Las ciudades grandes producen mucho estrés, que no es sino adrenalina en exceso. Puede lesionar las paredes de las arterias. Por el estrés consumimos tabaco, con las prisas tomamos comidas preparadas poco sanas... Las grandes ciudades no son cardiosaludables.
P. ¿Cómo ve usted el corazón de los madrileños?
R. Como somos gente de aluvión, somos en general abiertos. Esto se pierde por la crispación de las grandes urbes, que genera agresividad. Puede dar la impresión falsa de que el carácter de los madrileños se está agriando.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.