Washington aún desconfía de los movimientos de tropas de Bagdad
La primera reacción de Estados Unidos al anuncio de que Irak estaba dispuesto a reconocer las fronteras de Kuwait fue de extrema prudencia, por no decir indeferencia. Al mismo tiempo, la Administración norteamericana informó anoche que una parte de las tropas iraquíes ha detenido su retirada en un lugar en el que todavía siguen constituyendo una amenaza para la seguridad de Kuwait.
Un portavoz de la Casa Blanca dijo que el reconocimiento de la soberanía del pequeño emirato petrolero es sólo uno de los varios requisitos precisos para que pueda levantarse el embargo económico impuesto a Irak en 1990.
En las Naciones Unidas, una fuente de la representación norteamericana dijo que era obligado ser escépticos sobre las verdaderas intenciones del régimen de Sadam Husein. El próximo lunes, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Andréi Kózirev, y el viceprimer ministro iraquí, Tarik Aziz, estarán en Nueva York para informar al Consejo de Seguridad sobre los detalles del acuerdo conseguido en Bagdad, y para discutir sobre la posibilidad de aligerar las sanciones.
EE UU, que seguramente desaprueba esta interferencia de la diplomacia rusa en una crisis que siempre ha sido controlada por Washington, considera que Bagdad tiene que cumplir con todas las demás resoluciones de la ONU.
Acto hostil
Casi coincidiendo con la noticia sobre el reconocimiento de las fronteras de Kuwait, un portavoz del Pentágono anunció que se había detectado que una porción importante de las fuerzas de la Guardia Republicana, la unidad de élite iraquí, que se estaban retirando hacia el norte, había detenido sus movimientos en la ciudad de Nasiriya, por debajo del paralelo 32. Las fuentes norteamericanas no precisaron si era un acto hostil o era debido a razones logísticas. Esas mismas fuentes advirtieron, sin embargo, que las tropas iraquíes pueden haber interpretado equivocadamente que la posición en que se encuentran es suficiente para tranquilizar a EE UU. El Pentágono aseguró que ese punto sigue estando lo suficientemente cerca de Kuwait como para lanzar un ataque.Estas declaraciones volvieron a desatar anoche el peligro de una crisis, precisamente cuando Bill Clinton creía que la situación estaba ya bajo control. El presidente norteamericano declaró que la retirada iraquí probaba que Sadam Husein "había recibido el mensaje" de Washington, mientras que el secretario de Defensa, William Perry, dijo que las tropas estadounidenses podrían empezar a ser retiradas en pocas semanas.
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