El as de madroños
Aparece una baraja con personajes y monumentos del Madrid histórico
El rey de oros es Alfonso VIII, creador del Fuero de Madrid en el 1202; Pedro I el Justiciero, primer monarca castellano que distinguió a Madrid como capital, es el rey de copas; el monarca de las espadas es Felipe II, quien estableció la corte en Madrid en el 1561, y Carlos III, considerado como el mejor alcalde de Madrid, es rey de bastos. Son los cuatro reyes invencibles en un órdago a la grande o a los pares si se juega al mus. Tan sólo una parte de la baraja más castiza.Si la partida es buena, también se pueden combinar tres reyes con el as de oros (la diosa Cibeles, la fuente más popular de Madrid) para conseguir el juego perfecto: las 31, a ser posible de mano.
Estos personajes ilustres nacidos en la Villa y Corte o que tuvieron una participación destacada en su historia, componen el pequeño galimatías que se ha plasmado en la primera baraja histórica de Madrid, cuyo reverso, a falta de publicidad, es el escudo de la ciudad. El curioso juego de naipes se puede comprar estos días en la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión.
Antonio de Miguel, a quien se le atribuye la idea; Santiago Ortega, encargado de recopilar la documentación; Alberto Pérez, diseñador y dibujante, y Javier Conde, promotor, se juntaron por la afición común, del coleccionismo de naipes y "la simpatía hacia Madrid". Y regalaron a Madrid su genuina baraja de cartas, para que se pudiera comparar con otras ciudades que también la tienen.
Con una inversión cercana al medio millón de pesetas y después de recopilar personajes y monumentos, crearon este mazo de naipes siguiendo las pautas de los juegos fabricados por los maestros madrileños del siglo XIX. Es decir, uniformidad en la relación de los personajes y símbolos, reflejados en los ases y en las figuras, y un motivo decorativo. para los cuatros.
En los oros, la Puerta del Sol, situada en la plaza del mismo nombre y derribada por orden del emperador Carlos V en 1525. La Puerta de Alcalá, construida para celebrar la entrada de Carlos III en Madrid, para las copas. Cuatro cheiras (navajas que utilizaban los zapateros) flanquean la Puerta de Toledo, mientras la Puerta de Hierro adorna el cuatro de bastos.
Los oros pintan una medalla alegórica en cuyo interior puede verse a la Cibeles. En las copas una vasija con el oso y el madroño. En la Puerta de Cuchilleros, uno de los accesos a la plaza Mayor, una navaja fabricada por una cuchillería madrileña que todavía existe en la calle de Esparteros, es el as de espadas. Y el as de bastos: árbol y fruto del madroño, símbolo de la capital.
La Mari Pepa, personaje de zarzuela que retrata a la chulapa madrileña de finales del siglo pasado, y Luis Candelas, bandolero madrileño que encarna el mito del bandido generoso, se erigen en comodines de esta baraja para suplir a reyes, caballos, madroños o navajas.
Pero la incógnita para los creadores de los naipes era saber cómo iba a responder la gente al ver las cartas, y la sopresa por ahora es agradable. Jacinto Cintas, librero, en su puesto de la Feria del Libro Antiguo y de Ocasión, asegura que los 42 trocitos de Madrid han calado hondo; en sólo dos días ha vendido un centenar de barajas. Cada juego de naipes (se han fabricado 1.000) se vende a 1.200 pesetas.
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