El 'agujero' de ozono registra mínimos históricos
El grosor de la capa de ozono sobre la Antártida registró la última semana de septiembre mínimos históricos al descender más del 70% y situarse por debajo de las 100 unidades dobson, según anunció ayer la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Estas nuevas medidas representan un déficit de entre el 55% y el 65% respecto a los valores registrados antes de que se detectara la aparición del agujero, hace más o menos diez años.Según la información obtenida por las estaciones situadas en la Antártida, este año se ha adelantado dos semanas la primavera austral, época en la que se produce la mayor degradación de la capa que sirve de pantalla a los dañinos rayos ultravioletas. En la actualidad, el agujero se extiende entre los 90º oeste y los 70º este, sobre aproximadamente las tres cuartas partes de la Antártida.
La OMM achaca este aumento a las concentraciones de cloro y de otras sustancias químicas nocivas para el ozono. Los científicos calculan que hasta 1998 se van a ir produciendo nuevos mínimos históricos -siempre en septiembre u octubre- en esta capa de, la estratosfera; para, a partir de ahí, irse recuperando y volver a la normalidad en un periodo de unos 50 años, siempre y cuando se cumplan a rajatabla las medidas destinadas a cortar la emisión de las sustancias que lo dañan (CFCs sobre todo).
Para el secretario general de la OMM, Godwin Obiasi, "existen buenas razones para creer que los acuerdos mundiales puestos en marcha empiecen a dar sus frutos. Sin embargo, no nos podemos dormir en los laureles". Obiasi volvió a instar a los Gobiernos para que respeten el Protocolo de Montreal de 1990 y el Tratado de Viena, en los que se prevé que para 1997 los países cesen la producción o consumo de clorofluorocarbonos.
Por otro lado, Greenpeace denunció ayer en Sidney (Australia) que continúa la destrucción de la Antártida, informa Reuter. El estudio de la organización ecologista, llamado Estado del hielo y que coincide con el tercer aniversario de la firma del Protocolo de Madrid para proteger el continente helado, se basa en la inspección de 47 bases allí radicadas. Greenpeace indica que esas instalaciones siguen quemando residuos tóxicos, utilizando petróleo como combustible y vertiendo aguas residuales sin tratar. Greenpeace denuncia que sólo nueve de los 26 países firmantes del Tratado de la Antártida han ratificado el Protocolo de Madrid.
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