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El diputado Rocha vincula al 'cartel del Golfo' con la trama del asesinato del secretario del PRI

El diputado mexicano Manuel Muñoz Rocha, de quien se supone partió la orden de matar al secretario general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), José Francisco Ruiz Massieu, rompió su silencio y, desde su escondite, ha admitido estar implicado en este compló criminal. Sin embargo, en opinión de Muñoz Rocha, el verdadero cerebro de este crimen es el ex dirigente priísta Abraham Rubio Canales, un ex colaborador político de Ruiz Massieu, que cumple condena por un desfalco al tesoro nacional. Rocha pidió que se le garantice protección porque teme que el cartel del Golfo, una de las mafias del narcotráfico más peligrosas de México, intente en venganza acabar con él y con su familia.

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Una llamada telefónica a la Cámara de Diputados y una carta después al procurador general de la República, Humberto Benítez Treviño, han puesto al descubierto que Muñoz Rocha, todavía presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos de la Cámara de Diputados, está vivo y quiere hablar.Muñoz Rocha dejaba, con su llamada y su carta, nuevas pistas sobre el asesinato del secretario general del PRI, en el que convergen en confabulación las diferencias políticas, el narcotráfico y las venganzas personales. Por lo pronto, al Mismo tiempo que señalaba con el dedo a Rubio Canales cómo el verdadero responsable de lo ocurrido -una venganza por su encarcelamiento y defenestración política, dijo-, Muñoz Rocha, advertía que tenía en su posesión pruebas que confirmaban que todo esto era cierto.

También revelaba que había una parte personal en su complicidad por asesinar a Ruiz Massieu: éste se negó a apoyarle en sus pretensiones de hacer carrera dentro del PRI. De hecho, Muñoz Rocha relata en su carta a Benítez Treviño que los 50.000 pesos (dos millones de pesetas) que iban a recibir los sicarios por matar a Ruiz Masieu los tramitó él, pero en realidad procedían del bolsillo de Rubio Canales.

Entre los investigadores existían ayer esperanzas de que Muñoz Rocha, psicológicamente cercado y sin ningún tipo de apoyos, termine por entregarse a la policía. De hecho, la Procuraduría General de la República ha retenido a su esposa y tiene bajo vigilancia extrema a sus familiares. También ha detenido a un cámara de la Presidencia de la República, amigo suyo, que participó en los preparativos del crimen.

Cruce de acusaciones

Algunos observadores políticos, no obstante, expresaron su preocupación ayer porque, según se deduce de lo revelado por Muñoz Rocha, el caso podría bloquearse en un cruce de acusaciones entre este diputado y el encarcelado Rubio Canales, lo que impediría ahondar en la trama. Muy pocos mexicanos se creen que este crimen no va más allá de lo ahora descubierto y aseguran que ésta es una, oportunidad única para la gente decente del PRI de desatascar las cloacas del sistema y averiguar hasta dónde llega el poder político del crimen organizado.

Lo que ha quedado patente es que el diputado Muñoz Rocha y el ex priíta Rubio Canales son gentes vinculadas al cartel del Golfo, una de las cinco organizaciones de narcotraficantes que operan en territorio mexicano. Los dos son del Estado fronterizo de Tamulipas, desde donde opera esta banda, y han estado sirviendo a un sector del PRI muy distante de los jóvenes tecnócratas y academicistas que, como Luis Donaldo Colosio o José Francisco Ruiz Massieu, se hicieron con parte del control sobre el partido aprovechando el cambio de estilo que le ha dado al país en este sexenio el presidente Carlos Salinas de Gortari.

A Rubio Canales, que llegó a ser diputado local por Tamaulipas y delegado del PRI en el Estado de Guerrero, se le han descubierto parentescos con uno de los máximos cabecillas del cartel del Golfo, en concreto con Raúl Valladares de Ángel, de quien es consuegro, y también con el bandido y ex sindicalista, Joaquín Hernández Galicia, La Quina,. de quien es compadre. Valladares de Ángel, actualmente en prisión, es el lugarteniente de Juan García Abrego, un peligrosísimo capo del narcotráfico a quien el Gobierno mexicano acaba de poner precio por su cabeza.

Pero las vinculaciones no quedan ahí. Tanto Rubio como Muñoz Rocha han sido vinculados por la prensa mexicana con otro bandido prófugo en EE UU: el ex comandante de la Policía Judicial de la Ciudad de México Guillermo González Calderoni, uno de cuyos abogados es Anthony Canales, primo del ex dirigente priista encarcelado en Acapulco.

González Calderoni, sobre el que pesa una orden de extradicción a México ya en manos de las autoridades nortamericanas, le lavó 400 millones de dólares al cartel del Golfo. La prensa mexicana revelaba ayer que González Calderoni y Muñoz Rocha fueron vistos el pasado 17 de septiembre en Las Vegas (Nevada) tras un combate de boxeo. Les acompañaban dos policías mexicanos y Fernando Rodríguez González, el funcionario de la Cámara de Diputados, todavía prófugo, que ordenó el reclutamiento de sicarios para matar a Ruiz Masieu.

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