La geografía de la droga
La mafia de la droga se reparte el territorio mexicano de forma geográfica. Son cinco carteles a cual más peligroso y con gente que ha demostrado actuar sin piedad ni pudor. Dos de estos carteles, el de Tiuana y el de Sinaloa, se enzarzaron a tiros en el aeropuerto de Guadalajara en abril de 1993. Una de las víctimas del fuego cruzado fue ni más ni menos que el cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.Los integrantes del cartel de Tijuana operan en el noroeste del país. Con ese dominio, que incluye el paso a California, y con el de los carteles de Sinaloa y Jalisco más al sur, la mafia de la droga tiene bajo su control toda la costa del Pacífico mexicano. Cualquier intromisión de unos con otros es saldada a tiros. No en vano, Tijuana, Puerto Vallarta (Jalisco) o Sinaloa suelen ser a menudo escenario de sangrientas matanzas.En el este del país, siempre cerca de la frontera norteamericana, operan otros dos peligrosos carteles: el del Golfo, también llamado de Matamoros, y el de Juárez, también llamado del Sureste porque sus ramificaciones atraviesan la república en diagonal y llegan a Cancún.
De estos últimos, sin embargo, el más activo y también el más joven es el cartel del Golfo, con base de operaciones en Tamaulipas y cuyo máximo responsable, Juan García Abrego, uno de los delincuentes más buscados del país, es conocido por varios apelativos: Juan Guerra, la Muñeca o el zar de la cocaína.
De Juan García Abrego, por cuya captura ofrece el Gobierno mexicano un millón de dólares, se cree que controla entre el 20 y el 30% de la cocaína que entra en EE UU. Tiene 70 asesinatos en su haber, entre policías, narcos, periodistas, mujeres y niños; se calcula que su fortuna personal ronda los 2.000 millones de dólares y posee aproximadamente tres mil propiedaes protegidas por prestanombres. Es un secreto a voces en Tamaulipas que García Abrego recibe protección de altos funcionarios del sistema político mexicano.
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