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Los especialistas mundiales vaticinan una nueva gran era de los alucinógenos

Congreso sobre la consciencia alterada

Jacinto Antón

La era de los nuevos alucinógenos va a ser más importante en la historia mundial que la Reforma de Lutero. Este vaticinio del etnobotánico de Estados Unidos, Jonathan Ott, marcó ayer el arranque del segundo congreso internacional para el estudio de los estados modificados de consciencia que se desarrollará hasta el viernes en el Institut d'Estudis Ilerdencs, en Lérida, con la participación de medio centenar de estudiosos de 20 países, entre ellos personalidades como Alexander Shulgin, especialista en toxicología forense en la Universidad de Berkeley y uno de los mayores expertos en las píldoras del amor tipo éxtasis.

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Ott, que pronunció la conferencia inaugural, abogó por el "derecho de todos los seres humanos -y no sólo los de las sociedades tradicionales- al uso de los alucinógenos.Ott, que está considerado el heredero de Robert Gordon Wasson -el padre de los estudios sobre hongos visionarios y cultura-, lanzó una predicción aún más polémica: el cristianismo sólo va a sobrevivir en el nuevo milenio si recupera el sentido original del sacramento; es decir, si integra sustancias visionarias como elemento central de la liturgia.

Ott señaló la ascendente importancia de las religiones sincréticas como el culto del Santo Daime -mezcla de elementos. cristianos y del mundo primitivo amazónico-, que incluye en sus ceremonias la ingestión de la bebida alucinógena ayahuasca.

Las declaraciones de Ott, que pondrán los pelos de punta a bastante gente, se inscriben en un inicio de congreso marcado por la estrepitosa ausencia del consejero de Sanidad de la Generalitat de Cataluña, Xavier Trías, cuya participación en la ceremonia inaugural estaba anunciada desde hace meses, y la no menos estrepitosa dimisión, la semana pasada, del director del prestigioso centro en que se desarrolla el congreso, Josep María Gasset, dimisión que muchos consideran ha sido precipitada por su interés por este encuentro internacional. El caso es que el congreso ha despertado suspicacias y parece que hay quien lo ve como un foro de apología de las drogas y también quien lo descalifica como una reunión de pirados.

La conferencia de Ott versé sobre La edad de los enteógenos, la inquisición Jarmocrática y la reforma enteógena, un título que abarca unos 10.000 años de la historia de la humanidad. La de Ott es una manera muy especial de ver la historia de la cultura: la edad de los enteógenos hace referencia a la época en que se propagó una. cultura chamánica de origen siberiano basada en la ingestión de la seta alucinógena amanita muscaria; el soma del Rig Veda y los Misterios eleusinos estarían relacionados con esa cultura primordial.

La inquisición farmocrática iniciada por el cristianismo instaura a partir del siglo IV en Europa una época de represión del uso de embriagantes chamánicos, cuy conocimiento prácticamente desaparece (aunque pervive en el Nuevo Mundo).

La reforma enteógena, de la que ya forman parte los nuevos cultos sincréticos con ingestión de alucinógenos y la edad de la psicodelia se proyecta hacia el futuro inminente. "Con todos nuestros conocimientos, necesitamos más que nunca el peyote", señaló Ott, parafraseando a Gordon Wasson. Las sustancias visionarias "son tanto nuestra herencia como la de los indios huicholes".

El congreso, explica Josep María Fericgla, surge de la consideración de que nuestra sociedad "se halla en un momento histórico en el que está preparada para aceptar que hay otros estados de consciencia distintos al considerado normal, al cartesiano, y para entender que ese no es el único sistema capaz de elaborar verdades intocables.

De hecho, gracias a este reconocer nuestros límites podemos entender la existencia de otras lógicas, como la lógica difusa con la que trabajan algunas inteligencias artificiales".

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.

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