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Argelia y Ruanda protagonizan el final del Parlamento de Escritores

El escritor francés Pierre Bourdieu explicó ayer que las tres jornadas de la primera sesión del Parlamento Internacional de los Escritores han concluido con acuerdos y desacuerdos. "Estamos decepcionados porque no hemos hecho más, pero contentos porque sabemos que ya existimos". Pese a todo, la asamblea adoptó resoluciones sobre tres de los informes presentados. Los amplios y documentados trabajos sobre la represión de intelectuales en Argelia, la situación en Timor o en Ruanda, por citar algunos casos, han convertido a éste en el parlamento de los horrores.

La escritora portuguesa María Velho da Costa hizo un dramático llamamiento para que el parlamento envíe una comisión a Timor para ver in situ el horror en que viven sus habitantes. La periodista ruandesa Madeleine Mukabano hizo una exposición, a la vez tremenda y analítica, de lo que sucede en Ruanda y de sus antecedentes. Se dirigió a los escritores en términos que les dejaron sobrecogidos. "Pido a esta asamblea, que no depende de la presión de ningún estado, que investigue la naturaleza de lo que ha pasado en Ruanda y que pida que las masacres sean consideradas genocidios".

Presión

El parlamento concluyó que, de acuerdo con lo establecido en la Convención de la ONU de 1948, las masacres de Ruanda sean consideradas genocidio y pidió a los escritores asociados para que presionen a sus respectivos gobiernos para que envíen ayuda inmediata.La asamblea pidió en segundo lugar que los escritores, científicos y artistas de todos los países trabajen con todas sus fuerzas para facilitar la acogida de intelectuales argelinos en sus universidades y centros de investigación. Y se comprometió a crear una comisión de intelectuales magrebíes de uno y otro lado del Mediterráneo, para reflexionar sobre las amenazas que sufren en Argelia y para denunciar las medidas discriminatorias que sufren en algunos países que se niegan a darles asilo.

"Estamos petrificados por los tremendos horrores que el mundo acumula. Cuando escribe cualquier autor es libre de hacerlo como quiera y de decir lo que quiera, pero tenemos la obligación de escuchar colectivamente el grito del mundo, pues de lo contrario nuestra literatura perderá sensibilidad y nos volveremos estériles", concluyó el escritor antillano, Edouard Glissant.

El parlamento nombró una nueva comisión ejecutiva compuesta por la escritora india Anita Desai, por el sueco Lars Gustafson, por los surafricanos John Michael Coetzee y Breytenbach, los franceses Pierre Bourdieu y Jacques Derrida, el antillano Edouard Glissant y el alemán Joachim Sartorius. Y un consejo de 38 miembros, entre los que se hayan Jorge Amado, Carlos Fuentes, Jürgen Habermas, Toni Morrison, Ernesto Sábato, José Saramago, Wole Soyinka y Mahmud Darwich.

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