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Escasas posibilidades de hallar con vida a más pasajeros del transbordador 'Estonia'

A medida que pasan las horas se reducen las posibilidades de hallar más supervivientes del naufragio del transbordador Estonia, con 1.000 personas a bordo, hundido en la madrugada del miércoles en aguas finlandesas, azotadas por un fuerte temporal. Nueve cadáveres más fueron recuperados ayer de las aguas heladas del golfo de Finlandia. Toda la atención se centra ahora sobre el casco del navío, hundido a unos ochenta metros de profundidad, en cuyo interior existen posibilidades muy remotas de hallar con vida a alguna de las 800 personas que quedaron atrapadas en sus camarotes por el naufragio.

Este tipo de buque suele poseer cámaras herméticas selladas donde, teóricamente, sería posible sobrevivir durante un número reducido de horas.La naviera propietaria ha contratado los servicios de la compañía holandesa Wijsmuller, especializada en este tipo de tareas. El envío de buzos a esa profundidad implica riesgos que nadie desea afrontar ya que el salvamento a más de 60 metros de profundidad, para algunos expertos, resulta inviable.

Por ello, se baraja la posibilidad de sumergir un pequeño submarino con cámaras magnetoscópicas y robots, accionados por control remoto, que pueden proporcionar informaciones sobre la situación dentro de la nave.

Niños no registrados

La incertidumbre sobre el número exacto de personas que viajaban en el barco permanecía ayer, ya que las cifras proporcionadas por la policía estonia -1.054 personas a bordo- y la empresa -975- difieren abiertamente. Pero, con nuevos datos en la mano, la conclusión a que se llega es de que el número de pasajeros y tripulantes podría ascender hasta 1.200. Más de 900 personas se encuentran muertas o desaparecidas.

Los niños que viajaban con sus padres o algún otro mayor no figuran en el registro de embarque, como tampoco los chóferes de los 28 grandes camiones con remolque que transportaba el navío hundido. Hay un tercer grupo, el de aquellos pasajeros que viajaban en automóviles; en la relación de la empresa sólo figura el nombre del conductor.

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Se conoce asimismo la presencia en el transbordador de tres grupos de turistas en los cuales sólo se sabe el nombre del jefe de cada grupo. De una excursión de jubilados que viajaba en el navío se desconocen los nombres, ya que sus identidades no figuraban en el registro.

En opinión de casi todos los expertos consultados, la operación de reflotamiento del transbordador desde el fondo del mar es técnicamente posible, si bien, implicaría un desembolso económico tan elevado que ha sido descartada por la naviera.

El día después de la tragedia, la opinión pública sueca, estonia y finlandesa continuaban bajo un estado de choque. A las 15.00 horas del miércoles se había rescatado el último de los 141 supervivientes y desde entonces los equipos de salvamento -6 buques y 14 helicópteros- han conseguido recuperar sólo nueve cadáveres más, en total, 58.

El tiempo ayer había mejorado y un tibio sol otoñal iluminaba el escenario de la catástrofe, que mostraba restos a la deriva de botes, chalecos salvavidas y otros objetos.

Las víctimas mortales serán trasladadas a Helsinki para su posterior y laboriosa identificación. Los médicos solicitan la ayuda de los familiares para identificar los cadáveres recuperados, mediante el envío de retratos, radiografías o material odontológico que pueda facilitar su tarea.

Sobre las causas del accidente se manejan tres hipótesis: el golpe de mar que, por su fuerza, produjo la ruptura o el aflojamiento de los mecanismos de cierre de la puerta trasera; el corrimiento de la carga, que podría estar relacionado con la filtración de agua ya que no se necesita demasiada cantidad de ésta para que el barco pierda su estabilidad y, por último, una avería en alguno de los motores.

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