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Solbes recomienda que los salarios suban un 3%

La presión tributaria aumentará medio punto en relación con el producto interior bruto

EL PAÍS, Los salarios deben crecer el año próximo no más del 3%, medio punto por debajo de la inflación prevista, para ganar terreno en la competitividad de la economía y generar entre 175.000 y 200.000 empleos netos. El ministro de Economía, Pedro Solbes, pidió ayer este nuevo esfuerzo de moderación salarial durante la presentación de los Presupuestos Generales del Estado para 1995, tras su entrega al Parlamento. Además, la presión tributaría (suma de impuestos directos e indirectos en relación al producto interior bruto) subirá medio punto. En total, casi 18 de cada 100 pesetas de riqueza generada.

En conjunto, los ingresos del Estado crecen un 7,2% (14,14 billones de pesetas) en relación al avance de liquidación de 1994; es decir, por encima del crecimiento nominal de la economía previsto (6,5%). Los gastos (17,31 billones), sin embargo, aumentan por debajo (un 3,8%), también en relación a la previsión de cierre de 1994. El déficit se situará en 3,16 billones de pesetas, lo que supondrá un 4,64% del PIB, algo más de medio punto por debajo de lo esperado para 1994.

Se trata de un presupuesto que sube más impuestos de los que baja; dicho de otra manera, que detraerá del bolsillo de los contribuyentes una cantidad de dinero que excede de la rebaja de la tabla de retenciones y de las cuotas a la Seguridad Social. Es un presupuesto, por el lado del gasto, que centra su esfuerzo en las prestaciones sociales (51,8% del total, un punto más que el año anterior), eleva un 24,7% el gasto del Ministerio de Sanidad, reduce los gastos corrientes (bajan un 4,5% respecto del año anterior) y prácticamente mantiene en 2,9 billones de pesetas la partida destinada a los intereses de la deuda pública.

Los ciudadanos notarán de forma inmediata las subidas de impuestos, la deflactación de la tabla de retenciones y la rebaja en las cuotas a la Seguridad Social. La subida del IVA junto con la esperada recuperación de la economía elevarán la recaudación por este impuesto en 343.000 millones de pesetas y tendrá un impacto de medio punto en la inflación. Los ingresos por impuestos especiales crecerán en unos 100.000 millones de pesetas, mientras que el efecto de la deflactación de la tabla de retenciones será de 100.000 millones de pesetas de más renta disponible. La rebaja de cuotas a la Seguridad Social supondrá una menor carga de unos 40.000 millones de pesetas para los trabajadores y de 160.000 millones para los empresarios.

Habrá, además, algunas modificaciones de impuestos con menor impacto. El impuesto de matriculación de vehículos baja desde el 13% actual al 12%. El límite para la desgravación por alquileres sube de 75.000 pesetas a 100.000. El mínimo exento para rentas del capital se eleva de 25.000 a 27.000 pesetas. Todas las deducciones familiares y por el trabajo dependiente en el IRPF suben un 3,5% y las que se practican por hijos quedan en 20.700 pesetas para el primero y el segundo, el tercero 25.000 y, a partir del cuarto, 30.000.

Si se consideran sólo los impuestos directos e indirectos, casi el 90% de la recaudación total, el conjunto de las medidas que les afectan se van a traducir en un aumento de medio punto en la presión tributaría. Pasará del 17,42% en 1994 al 17,93%, lo que en pesetas, supone aproximadamente un billón de incremento respecto de 1994. La presión fiscal (conjunto de ingresos en relación al PIB) sube en algo más de una décima, desde el 20,60% al 20,72%. El ministro de Economía negó que ello suponga un primer incumplimiento del programa de convergencia ya que "el compromiso de no incrementar la presión fiscal es para todas las administraciones públicas y no sólo para el Estado".

A pesar de este mayor esfuerzo fiscal, producto también de la recuperación de la economía, el Gobierno espera que el consumo y la inversión sean los motores del crecimiento en detrimento de la aportación del sector exterior. El producto interior bruto crecerá, según las previsiones del Gobierno, un 2,8% el año que viene en términos reales (sin inflación) y un 6,5% nominal (con inflación). El consumo privado dará un salto desde el 0,1% esperado para 1994 hasta el 2,3% en 1995. Y la inversión experimentará un avance todavía mayor, al pasar de caer medio punto este año a crecer un 5,3% en 1995.

Solbes reconoció que estas previsiones "pueden parecer disparatadamente altas" pero no es así "porque se trata únicamente de volver a los niveles que teníamos a finales de 1992". El aumento del consumo se producirá a pesar de la moderación salarial. Los sueldos deben crecer por debajo de la inflación prevista (un 3,51/6), "es posible que un 3%, sin contar los deslizamientos". La recuperación de la inversión permitirá crear hasta 200.000 empleos en 1995 frente a una muy ligera subida este año, que Solbes no concretó.

Añadió que se trata de previsiones que están por debajo de las que acaba de avanzar el FMI. Pero unas perspectivas "tan buenas y claras dan un cierto miedo, porque no debemos olvidarnos de lo que tenemos que hacer: reducir el déficit público y la inflación de acuerdo con el plan de convergencia".

200.000 nuevos empleos no reducen el paro

El gran reto de la economía española, disminuir los elevados niveles del paro actuales, mejorará sólo en una pequeña parte durante el ejercicio de 1995. Con un crecimiento de la actividad económica estimado por el Gobierno en, el 2,8%, se prevé la creación de entre 175.000 y 200.000 empleos netos (en media anual). Sin embargo, este aumento de los puestos de trabajo no se percibirá de forma clara en la reducción de las tasas de paro, debido al crecimiento en un 1% de la población activa española.Por lo tanto, la tasa de paro apenas se reducirá en unas décimas. Mientras para final de 1994 está previsto que la tasa se sitúe en el 24,4% sobre el total de la población activa, las estimaciones del Gobierno para el próximo año indican que la tasa de desempleo se puede situar en el 24,2% o, como mucho, en el 24%.

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