Varios oficiales retirados asaltan con machetes el Parlamento salvadoreño
Medio centenar de militares desmovilizados, armados con palos y machetes, asaltaron el lunes las instalaciones de la Asamblea Legislativa de El Salvador para exigirle al Gobierno el pago de indemnizaciones relacionadas con su salida del Ejército. Los ex militares tomaron inicialmente como rehenes a más de 200 personas, que fueron puestas en libertad progresivamente hasta quedarse sólo con 22, todos ellos diputados.
El incidente, que se inició con cierta violencia, continuaba ayer mientras una comisión parlamentaria, que permanecía en la sede de la Asamblea Legislativa, intentaba negociar con los rebeldes. Otra segunda comisión, formada por miembros del Gobierno y representantes de las Naciones Unidas, también se brindó a negociar, pero puso como condición que los insurgentes abandonaran el Parlamento.Los ex militares se han negado a desalojar el recinto. No en vano, ésta es la tercera ocupación que protagonizan desde 1993 en un conflicto en el que tienen cierta razón y que no se soluciona no sólo por falta de liquidez económica, sino por un sin fin de trabas burocráticas y desidias gubernamentales.
De hecho, Gobierno y ex militares pactaron en julio pasado un convenio que incluía el pago de estas indemnizaciones, consecuencia de la reducción del Ejército tras la firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).
Los insurgentes representan a unos 35.000 desmovilizados del Ejército y de las tres armas de policía que existían durante la guerra, además de otros colectivos que en su día fueron coordinados por las Fuerzas Armadas. Entre sus exigencias figuran, además de la transferencia de tierras, el pago de 1.450 dólares (190.000 pesetas) por persona y una bonificación para los miembros de las desaparecidas unidades paramilitares utilizadas para los combates rurales contra el FMLN.
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