El ministro de Trabajo considera "temerario" modificar el actual sistema de Seguridad Social

El máximo responsable del Ministerio de Trabajo, José Antonio Griñán, hizo ayer una cerrada defensa del actual sistema de Seguridad Social y aseguró que modificarlo "sería temerario". El ministro quiso dejar claros sus criterios antes de que concluyan los trabajos de la ponencia parlamentaria encargada del tema. Su premisa es: "No hay razones para decir que la Seguridad Social pública no sea viable en el futuro"; admite que se hagan algunos cambios, pero "sin romper el sistema de reparto" y se opone tajantemente a los sistemas de capitalización, propugnados desde algunos sectores económicos. "No creo en ellos y me parece que tampoco mi grupo [el socialista]", aseguró.En cuanto al margen existente para reducir las cuotas sociales, lo sitúa en 1,5 puntos, es decir que la financiación por esa vía sirva para cubrir en su totalidad las prestaciones contributivas de la Seguridad Social.

Griñán hizo esas afirmaciones ante la comisión de política social y empleo del Congreso, en medio de una intervención cargada de mensajes conciliadores con los sindicatos y los trabajadores, calificada como "discurso preelectoral" por el representante de izquierda Unida, Ricardo Peralta. Del problema del paro el ministro dijo que "no se resuelve extendiendo la cultura de la flexibilidad laboral" y que hacen falta más cosas, como "el reparto del empleo existente", para no crear una sociedad dual de trabajadores y parados.

Previsiones hizo pocas: no quiso avanzar cómo acabarán las cifras de paro en el actual mes de septiembre y estimó, para final de año, la creación neta de 50.000 empleos, frente a la destrucción de 130.000 puestos de trabajo prevista inicialmente. Los próximos proyectos de su departamento son: elaborar nueve reglamentos de la reforma laboral, cuatro de Seguridad Social, el proyecto de ley de riesgos laborales y una nueva ley para modernizar la Inspección de Trabajo.

En cuanto al diálogo social, dio por cerrado el modelo de la transición de grandes pactos. "Tras la huelga general del 27 de enero", dijo, "el Gobierno ha optado por no ahondar más la trinchera y por reanudar un diálogo en condiciones de normalidad, que aborde temas puntuales".