La policía cree que "narcos" gallegos instígaron e asesinato de Baulo
Los tres jóvenes sicarios colombianos que el pasado día 12 asesinaron en Cambados (Pontevedra) al presunto capo Manuel Baulo Trigo contaron con la instigación y el apoyo de otros clanes gallegos del narcotráfico, según fuentes policiales. El objetivo del crimen fue cerrarle la boca para impedir que siguiera colaborando en el sumario 10 / 94 con el juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón, según los mismos medios.Luis Aldemir Pulido García, de 20 años, Jhon Jairo Salcedo Ramírez, de 24, y Abel de Jesús Vázquez, de 25, los presuntos pistoleros capturados el pasado sábado en Madrid, serán puestos mañana a disposición de Garzón. Los tres pensaban regresar a Colombia inmediatamente después de haber cumplido el encargo, pero el balazo recibido fortuitamente por uno de ellos en un muslo durante el asesinato les obligó a retrasar su fuga.
El Servicio Central de Estupefacientes ha determinado que Pulido, Salcedo y Vázquez fueron contratados por el cártel de Bogotá para un trabajo en España. Les dieron una importante suma de dinero, pero la mayor parte de su salario le cobrarían contra entrega de la esquela que demostrase que habían cumplido.
A los sicarios se les reveló en Madrid cuál era su trabajo: matar a Manuel Baulo. Con objeto de planear el crimen, se trasladaron a Cambados y con ayuda de alguna persona de los clanes gallegos se alojaron en un hotel de la zona sin hacer constar su identidad en el libro de registro.
Vigilancia en bicicleta
Los colombianos compraron una bicicleta con la que Pulido, vestido con atuendo deportivo, solía pasearse por las inmediaciones de la casa de Baulo para poder vigilar sus movimientos sin levantar sospechas, según fuentes policiales. También hicieron seguimientos del presunto narco y su esposa para averiguar sus costumbres y comprobar qué coches utilizaban. El pasado día 12 irrumpieron en la vivienda del supuesto jefe del clan de Os Caneos y le cosieron a tiros, además de dejar malherida a su cónyuge.La pista para llegar a ellos la proporcionó involuntariamente el colombiano Hernando Gómez Ayala, un hombre al que la policía relaciona con el clan de los Charlines, tras ser detenido el viernes en Tuy (Pontevedra) a suregreso de Oporto.
En esta ciudad estuvo alojado en un hotel desde el que efectuó varias llamadas a teléfonos portátiles y buscapersonas presuntamente contratados a nombre del español Valentín Sánchez Pastor, domiciliado en el número 8 de la calle de Arcos del Jalón, en Madrid. Pulido, Salcedo y Vázquez fueron capturados en esta vivienda el pasado sábado.
Gómez Ayala, que está pendiente de la sentencia que el tribunal que juzgó la operación Nécora pueda imponerle, está ya encarcelado en la prisión de Vigo. En este mismo centro se halla Daniel Baulo, el hijo del presunto capo asesinado.
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