Se acentúan las diferencias entre la ministra de Cultura y la directora del Reina Sofía

María Corral, directora del Centro de Arte Sofía, no piensa dimitir ni se siente desautorizada por la ministra. El hecho de que ésta anunciara el pasado sábado en Lanzarote un cambio radical para el primer museo de arte contemporáneo español y criticara abiertamente la política actual de compras y exposiciones no ha hecho merma en el ánimo de Corral. "La ministra me llamó el lunes por teléfono", dijo la directora, "y me dijo que se trataba de comentarios, no de declaraciones. Me recordó que tenemos mucho trabajo pendiente y que no ha pensado en cambios". Preguntada la ministra sobre esas explicaciones, la respuesta fue: "No comento declaraciones de mis subordinadas".

En Lanzarote, tras la clausura del segundo encuentro internacional de galeristas, Alborch declaró a varios periodistas que estaba dispuesta a hacer un cambio radical en el Reina Sofía. Dijo que era el momento de empezar a producir exposiciones propias y de enriquecer la presencia española en la colección. La ministra recordó que las directrices de los organismos dependientes del ministerio las marca ella y que estaba dispuesta a asistir a las reuniones del patronato del museo. Ni el domingo ni el lunes Corral quiso hacer declaraciones sobre las opiniones de Alborch. Sólo ayer, después de una rueda de prensa para presentar una exposición del fotógrafo Jeff Wall, aceptó hablar del tema.María Corral llegó 20 minutos tarde a la rueda de prensa. Venía del Ministerio de Cultura, de una reunión rutinaria entre la ministra y los directores generales. Corral concedió cinco minutos para hablar de las declaraciones de la ministra. ¿Cómo interpreta el cambio radical para el museo anunciado por Carmen Alborch? "No lo interpreto como un cambio de rumbo. Ha sido una conversación con periodistas, unos comentarios. No declaraciones. Ustedes no saben cómo se hacen las actividades del museo. Aquí todo lo decide el patronato. Tanto exposiciones como compras".

¿Se siente desautorizada? "Nunca me he sentido desautorizada. Trabajo para la ministra. Alborch me llamó el lunes por teléfono", contó la directora, "y me recordó que tenemos mucho trabajo pendiente y después de darme ánimos me aseguró que no ha pensado en cambios". ¿Se encuentra satisfecha con esas explicaciones? "Yo no he pedido explicaciones porque la ministra no tiene por qué dármelas". Añadió después, tajante, que no piensa dimitir. "A veces me siento cansada, pero por molestias en la espalda. No por otra cosa".

Sobre las compras de obras dio datos para demostrar su interés por el arte español. "Entre 1991 y 1994 se han comprado 183 obras de artistas españoles y 39 de extranjeros". En cambio estuvo menos espléndida con los datos cuando se le preguntó por el número de exposiciones propias. "Sólo diré que el 98% de las muestras hechas en ese tiempo no han sido compradas, sino realizadas en colaboración con otros museos".

De "enrevesada" calificó la pregunta sobre por qué la exposición Picasso y el Prado se celebrará en este museo y no en el Reina Sofía. "Todo lo que se haga por Picasso me parece espléndido y no creo que sea más fácil conseguir préstamos para el Prado que para el Reina Sofía. Si se trata de pedir obras de Velázquez, sí. Pero si buscamos picassos, los prestarán mejor a este museo".

La ministra Carmen Alborch designó ayer a los catedráticos Fernando Checa y Valeriano Bozal y al conservador de la Colección Thyssen, Tomás Llorens, para completar la comisión encargada de supervisar la reordenación de las colecciones de los museos estatales. Junto a ellos completan la comisión los representantes designados para el Museo del Prado y el Reina Sofía.