Los científicos buscan un acuerdo sobre cómo es el centro de la Vía Láctea

Los científicos que apoyan cada una de las dos hipótesis más fuertes sobre lo que hay en el centro de nuestra galaxia -un agujero negro o un cúmulo estelar- tienden a un compromiso. Ambos fenómenos podrían coexistir, sugirieron ayer algunos del centenar de astrónomos que discuten esta semana en Granada el origen de la Vía Láctea, convocados por el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA).

El mexicano Guillermo Tenorio, del Instituto de Astrofisica de Canarias (IAC) mantuvo que la hipótesis más verosímil para explicar las gigantescas fuentes luminosas detectadas en el centro de las galaxias, y en particular en la Vía Láctea, consiste en la existencia de brotes masivos de formaciones estelares. Tenorio agregó que la teoría contraria, la del agujero negro, sólo se ha probado en galaxias no activas. No obstante, Tenorio admitió la posibilidad de un agujero negro en el centro de la galaxia, si bien matizó que la luminosidad procedería en cualquier caso de los cúmulos de estrellas jóvenes en formación.Por su parte, los astrofísicos del IAA presentarán en el simposio una teoría para explicar la menor existencia de metales pesados en una zona de la galaxia vecina al Sol. Creen que la existencia de este mínimo relativo de metalicidad es consecuencia de una colisión entre la Vía, Láctea y otra galaxia menor que fue capturada por aquella. La explicación está en consonancia con la imagen compleja que ahora se tiene de la formación de esta galaxia espiral vulgar, de unos 70.000 años luz de diámetro, que contiene más de 1.000 millones de estrellas, una de ellas el Sol.

Aunque los astrónomos niegan que la situación que ocupa un sistema planetario dentro de una galaxia pueda influir en la existencia de vida, sí admiten que la situación de un planeta, como la Tierra, en un sistema, como el solar, es probablemente determinante para la presencia de vida.