El alto el fuego decretado por el IRA abre el camino a la paz en Irlanda del Norte
El camino hacia la paz quedó ayer abierto en Ulster. A mediodía, el Ejército Republicano Irlandés (IRA) ordenó a todas sus unidades un alto el fuego incondicional a partir de la pasada medianoche. Se alumbra así una esperanza de paz para un conflicto, el de Irlanda del Norte, que se ha cobrado 3.168 vidas en los últimos 25 años. El siguiente paso será la constitución de una mesa negociadora. También se prevé una cumbre de los primeros ministros británico e irlandés, John Major y Albert Reynolds, respectivamente, con el presidente de EE UU, Bill Clinton, quien ha desempeñado un papel clave.
Una sola sombra sobre el clima de optimismo que ayer brotó en el Reino Unido: el texto no incluye la palabra permanente. La Declaración de Downing Street, suscrita el 15 de diciembre de 1993 por Reynolds y Major, sí contenía el término permanente como una exigencia sine qua non para que Londres se sentase a negociar con el Sinn Fein, rama política del IRA. El anuncio suscitó la euforia de Major, de Reynolds, del presidente norteamericano, Bill Clinton, y de los católicos del Ulster, minoritarios, pero en ascenso por su mayor índice de crecimiento demográfico. Y un escepticismo, repleto de reservas y temores, entre los protestantes, que temen una claudicación hacia las aspiraciones del IRA: independencia o unión a la República de Irlanda. Estados Unidos parece haber desempeñado un papel clave en todo el proceso que ha culminado con el alto el fuego. Así lo reconoció el primer ministro irlandés, quien consideró muy probable la celebración de una próxima cumbre con Major y Clinton para desbrozar el camino hacia una paz definitiva en Irlanda del Norte. Como paso previo, Clinton recibirá mañana a Dick Springs, viceprimer ministro irlandés y titular de Exteriores.
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