La llegada de una tormenta tropical reduce el flujo de 'balseros' a EE UU
El éxodo de balseros cubanos hacia Estados Unidos se detuvo el jueves y el viernes, debido al anuncio de que una tormenta tropical con vientos de hasta 50 kilómetros por hora se aproxima al estrecho de Florida, lo que hará todavía más peligrosa la navegación de los botes y catamaranes caseros en la zona. Sin embargo, el parón no parece ser definitivo, pues decenas de personas continúan preparando balsas en las playas del Este y todo el litoral de La Habana, e incluso en las calles de algunos pueblos como Cojimar, pese a que saben qué Estados Unidos los confinará en Guantánamo.Durante toda la tarde del jueves estuvieron llegando balsas vacías al malecón de La Habana y también a las costas de los hoteles Comodoro y Triton en Miramar. En algunas de ellas volvían hombres con los músculos entumecidos y cara de derrota. Uno de ellos dijo que al principio de la travesía se les acercó un guardacostas cubano que les ofreció ayuda en cas6 de que quisieran volver, pero al negarse y manifestar que deseaban continuar el viaje, les dieron algunos alimentos y agua, pues ellos llevaban pocos.
Fuerte marejada
Otros vecinos de Cojimar que han regresado expresaron que al salir el jueves por la mañana el tiempo era bueno, pero horas después empezó una fuerte marejada que les impedía remar y que casi hizo naufragar su balsa. A eso de las cinco de la tarde, en medio de una lluvia torrencial, una embarcación del servicio de guardacostas los recogió y los llevó a tierra junto a otros balseros.
Desde hace una semana, las autoridades cubanas han aumentado el servicio de vigilancia dentro de las 12 millas de sus aguas jurisdiccionales, y reforzado su flota de barcos guardafronteras para socorrer a los balseros. Según fuentes oficiosas, el numero de balseros auxiliados por guardacostas cubanos supera los 2.000 en los últimos días.
Por otro lado, el rotativo comunista Granma anunció que el ministro de las Fuerzas Armadas, Raúl Castro, se trasladó el jueves a Guantánamo para supervisar las medidas adoptadas en el perímetro defensivo de la base "para asegurar el mantenimiento de la inviolabilidad de la demarcación terrestre que delimita la base naval norteamericana". Raúl Castro afirmó que "felizmente hasta el momento no ha sucedido ningún hecho extraordinario y se mantiene en calma todo el perímetro que rodea la instalación militar yanqui", y se mostró a favor de reforzar la vigilancia en previsión de que se incremente el número de intentos de abandonar ilegalmente el país a través de la base.
