Desesperados, pero no tanto
La situación en Cuba ha provocado que miles de personas surquen el estrecho de Florida casi en cualquier cosa que flote. Muchos se han lanzado al agua en diversas zonas pon la intención de subirse a alguna de las precarias embarcaciones fabricadas o compradas por quienes han tenido más posibilidades que ellos. Y, de ahí rumbo a Cayo Hueso o a los guardacostas norteamericanos con órdenes de trasladarles a la base de Guantánamo o a campos de procesamiento. Sin embargo, no han intentado la misión imposible de nadar más de 150 kilómetros hasta Florida como se interpretó erróneamente desde la redacción central y se introdujo en una crónica publicada el pasado domingo por Mauricio Vicent. Eso supondría una muerte segura. Desesperados, sí, pero no tanto.
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