Una comedia negra sobre el Ulster entusiasma al público
ENVIADO ESPECIAL, Un joven soldado británico es capturado por el IRA en Irlanda del Norte y conducido a un prostíbulo de Dublín donde permanece como rehén mientras se espera el ahorcamiento de un terrorista en Belfast.
Este es el arranque de The Hostage (El Rehén) una comedia negra escrita hace 30 años por Brendan Behan, quien se ría encarcelado por sus acciones violentas en apoyo del IRA. Behan murió a los 41 años de alcoholismo y diabetes pero su mejor obra ha llegado al Festival de Edimburgo coincidiendo con las bodas de plata del estallido de violencia en Irlanda del Norte. Ninguna compañía británica había puesto en escena The Hostage desde 1972.
Con lleno absoluto y vítores de entusiasmo, el público ha demostrado no estar de acuerdo con. la frase del autor irlandés cuando afirmó que escribía teatro sin el propósito de difundir ninguna ideología porque "yo no soy el cartero que va por ahí repartiendo mensajes". Lo cierto es que The Hostage ha caído en el festival como un bombazo contra el fanatismo y la estupidez humana.
Menos de 90 minutos es el tiempo que necesita el cínico Behan para poner patas arriba la relación anglo-irlandesa que él traslada a una abyecto prostíbulo dublinés donde las putas conviven con. un miembro del IRA, un maricón, una monja seglar, un marinero ruso que espía para la policía política y un gaitero loco que exige venganza y muerte. Del fondo del escenario cuelga torcido, un cuadro del Sagrado Corazón sobre una cama con su correspondiente orinal. ¿Como va a sospechar el joven soldado británico que en un ambiente así su secuestro pudiera acabar en muerte? Cuando esto sucede-, ya es la escena final y el rostro del espectador se ensombrece por primera vez después de tanta mofa y carcajadas. En realidad The Hostage es una tragedia con apariencias de pantomima y canciones de music-hall.
Patas arriba
Es impresionante la interpretación del personaje de la patrona del prostíbulo -que a la vez es Madre Irlanda- a cargo de Terry Neason, una mujer inmensa que antes hizo carrera como soprano. Los *personajes se miran entre sí y el diálogo se comprime: "No es culpa- nuestra", dice el dueño del prostíbulo, "no teníamos la intención de matarlo". La mujer más ingenua que se había enamorado del rehén protesta: "¡Pero está muerto!". Y el dueño solamente replica: "También lo está el muchacho en la prisión de Belfast".El público se rinde incondicionalmente al humor amargo de Behan cuando un personaje se acerca al borde del escenario y anuncia que "debido a las restricciones gubernamentales- la voz del hombre del IRA correrá a cargo de un actor".
Babelia
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