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El alijo no es de origen militar, dicen expertos de EE UU

Expertos federales en armamento aseguran que el plutonio confiscado en Múnich, que se sospecha procede de Rusia, no tiene la pureza con la que se trabaja en las instalaciones militares de este país, y que pueden ser ciertas las declaraciones de las autoridades rusas de que no se ha roto el sistema de seguridad de sus bases. Las mismas fuentes añaden que, pese a ello, ese plutonio -probablemente parte del combustible de un reactor nuclear- es lo suficientemente potente como para ayudar a fabricar bombas nucleares, aunque rudimentarias, y consideran que lo más probable es que el contrabando proceda de instalaciones no armamentistas de Rusia.Sin embargo, Terry Hawkins, funcionario de la división de seguridad internacional del laboratorio nacional de Los Álamos (Nuevo México), señala que esto no debe ser tranquilizador, sino, al contrario, hacer sonar el timbre de alarma. "El hecho de que cantidades significativas, cercanas a las que contiene una bomba, hagan su aparición por un canal criminal debe causar una honda preocupación". Los Álamos participa en el esfuerzo por analizar los datos procedentes de Alemania y ha trabajado estrechamente con los rusos durante meses para ayudarles a reforzar su seguridad nuclear.

El plutonio confiscado, según Hawkins y otros muchos expertos, es una mezcla de óxidos de plutonio y uranio conocida como mox o combustible de mezcla de óxidos. El mox se fabrica para alimentar los reactores nucleares que producen electricidad. Se ha utilizado o fabricado en países como Japón, Francia, Bélgica y Alemania. En Rusia, su uso se encuentra en fase experimental. La composición exacta del mox capturado está siendo detenidamente estudiada en numerosos países y servirá para determinar su origen.

Los expertos sostienen que, en principio, es posible recoger evidencias suficientes como para identificar quién ha fabricado un tipo determinado de combustible nuclear, pero añaden que, en la práctica, el rastreo puede frustrarse por lagunas informativas y por las mezclas realizadas. "No hay duda de que todo combustible nuclear, sea plutonio o uranio, tiene sus huellas características", señala Ray Ridder, un antiguo diseñador de armas del Laboratorio Nacional de Lawrence Livermore (California). "El problema", añade, "es que no siempre tenemos la muestra de esa huella para contrastarla, por lo que entonces no podemos identificar al criminal".

Hawkins indica que las identificaciones se complican cada día más, ya que muchos materiales nucleares, incluidos los rusos, son reciclados en los países productores y frecuentemente mezclados con otros de cualquier otra parte.

Los expertos federales indican que es precisamente la procedencia lo que centraliza la disputa sobre el plutonio entre Alemania y Rusia, ya que Alemania sospecha que las fugas proceden de instalaciones rusas, pero que serán áun necesarias varias semanas para resolver esta cuestión.

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