_
_
_
_

La caída en picado de la lira y la Bolsa agudiza la crisis interna de la coalición de gobierno en Italia

Vuelven a multiplicarse los indicios de crisis en el Gobierno de Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, en frágil coalición con la Liga Norte, de Umberto Bossi, y la Alianza Nacional, de Gianfranco Fini. La subida en medio punto M precio del dinero, tras una semana de hundimiento de la lira y caída libre de la Bolsa (ayer perdió el 3,04%), provocó en el Gabinete una nueva marejada. Berlusconi, que ha interrumpido sus vacaciones, se dirigió anoche al país para destacar sus logros y culpar a los especuladores financieros de la caída de la lira. "Jamás fueron tan bien las cosas en Italia", aseguró Berlusconi.

"Los italianos deben estar serenos y descansar. El panorama está compuesto enteramente por signos positivos: la inflación al mínimo histórico, la producción industrial se recupera -en junio por encima del 5%-, se han creado 200.000 puestos de trabajo, se compra más y se han fundado más de 100.000 nuevas empresas". Así pintó ayer el panorama Silvio Berlusconi, quien, ante el viernes negro que culminó una semana de caída libre de la Bolsa y la lira, tuvo que volver de Cerdeña a Milán y se dirigió al país a través de una serie de entrevistas televisivas.Berlusconi pintó una Italia en la que todas las tensiones son fruto de especuladores azuzados por "las intemperancias de algún líder político", -en clara alusión a Bossi-, y por la izquierda, que se esperaba una victoria electoral "y ahora quiere subvertir los resultados que han llevado al Gobierno a Silvio Berlusconi y a sus socios".

Pero, a pesar de la tranquilidad del jefe de Gobierno, el país vivió ayer una jornada dramática tras la decisión tomada el jueves por el Banco Central de aumentar en medio punto el precio del dinero y la caída libre de la lira y la Bolsa, que cerró con una pérdida del 3.04%.

La situación era tan poco halagüeña que el presidente de la República, Óscar Luigi Scalfaro, se reunió con el presidente del Banco de Italia, mientras el ministro del Tesoro Lamberto Dini, decía que todo era una tempestad en un vaso de agua y negaba que la situación actual exigiera la adopción de medidas de emergencia.

El titular de Sanidad, Raffaele Costa, aseguré que los especuladores había que buscarlos en medios financieros internacionales más que en el mundo político italiano. El primer ministro añadió en sus intervenciones la existencia de "situaciones de turbulencia dentro de la mayoría, con ciertos líderes que se lanzan a declaraciones recogidas después por comentaristas hostiles, cuyas opiniones llegan al mercado internacional. Si se mira a. Italia como un mercado inestable", siguió el presidente, "esto, naturalmente, es un daño y sabemos a quién tenemos que agradecérselo". Berlusconi atacaba así la prensa extranjera, a la que considera alineada en su práctica totalidad con la izquierda.

El radical Marco Pannella había culpado al líder de la Liga Norte, Umberto Bossi, del des peñamiento de la lira y pidió al presidente que abriera la crisis de Gobierno y afrontara "el caso Bossi", a lo que el líder la Liga Norte respondió que Pannella es un demente.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

¿Cómo gobernar con semejante aliado? Con su sonrisa perenne, Berlusconi afirmó no ver cómo puede haber una crisis de Gobierno con una mayoría destinada a durar largamente". Y añadió: "Lo más importante es que Bossi logre volver a la responsabilidad que debe tener el líder de una fuerza de Gobierno".

El presidente reiteré que el Gobierno necesita estabilidad, tras lo cual, con tono paternal, deseó a los italianos que hagan buen uso de las vacaciones, porque luego deberán remangarse para trabajar "por este gran país" y por "un futuro de libertad y bienestar".

El radical Marco Pannella elogió la intervención del presidente. El ministro para las Reformas Institucionales, el liguista Francesco Speroni, aseguró que no sabía si la intervención de Berlusconi había sido útil y defendió a su jefe, Umberto Bossi, al asegurar que nunca se ha vendido al jefe del Ejecutivo.

La oposición de izquierda pidió un debate parlamentario sobre la situación económica y el centrista Mario Segni opilló: "Es la primera vez que, en medio de una crisis financiera, el presidente del Gobierno va a la televisión no para anunciar medidas, sino para contar chistes".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_