El rechazo de la ley anticrimen 'rompe' uno de los pilares de la presidencia de Clinton

El presidente Bill Clinton recibió un golpe duro en su agenda legislativa el jueves, cuando su plan para combatir el crimen, uno de los pilares de los que depende su presidencia, fue derrotado en una votación en la Cámara de Representantes. La derrota (225 votos en contra y 210 a favor) tomó por sorpresa a la Administración de Clinton, que llevaba dos semanas trabajando a todo ritmo para convencer a los congresistas de que aprobaran la nueva legislación.

La derrota parlamentaria pone en una situación muy difícil al presidente demócrata, cuyo nivel de popularidad sigue bajando y quien contaba con una gran victoria en su política contra el crimen para obtener una ventaja de partida en el debate sobre la sanidad. Además, se puede interpretar éste fracaso presidencial como el anticipo de una sonada derrota demócrata en las elecciones de noviembre.En una conferencia de prensa celebrada poco después de la votación, el presidente, visiblemente afectado, acusó a los republicanos y a los grupos que protegen intereses privados (como la Asociación Nacional del Rifle) de haberse servido de un "truco procesal" que pone "la defensa de intereses particulares por encima de la protección del ciudadano norteamericano", que considera el crimen como el mayor problema de Estados Unidos en estos momentos.

La votación procesal, que fue la que se produjo el jueves, es un procedimiento legislativo en el que se decide debatir o no. una ley en la propia Cámara. La decisión es significativa porque supone que la Cámara de Representantes tendrá que volver a debatir el plan para combatir el crimen, y así se retrasará la discusión sobre la reforma sanitaria, que estaba prevista para la semana que viene.

Amargo trance

El presidente reconoció que había sido una derrota especialmente amarga para su Administración, que estaba segura de la victoria incluso 30 minutos antes de la votación. Clinton aseguró que los verdaderos perdedores en este debate son los norteamericanos, que tendrán que seguir arreglándoselas en las peligrosas calles del país debido a la incapacidad del Congreso para aprobar la nueva legislación."La votación de hoy [por el, jueves] es una votación en contra de la policía, en contra de los profesores y de todas las personas que trabajan para garantizar la seguridad de los niños, y en contra de las familias que han sufrido la muerte de sus hijos por culpa de la violencia", dijo el presidente Clinton.

El controvertido plan presidencial, que encrespó tanto a republicanos como a demócratas, autorizaba la inversión de cerca de 33.000 millones de dólares (más de cuatro billones de pesetas) para contratar a unos 100.000 nuevos policías, construir cárceles y establecer programas sociales para la prevención del crimen. También preveía agravar las penas, el llamado Three strikes and you're out, que condenaba a cadena perpetua a cualquier persona que cometiera tres crímenes violentos.

Además, la legislación tenía previsto ampliar la pena de muerte para que fuera aplicada a unos 60 delitos más.

Los republicanos opuestos al plan aseguran que el desembolso de 4 billones de pesetas es excesivo y que aumentaría la burocracia federal. La Asociación Nacional del Rifle (NRA), un poderoso grupo de presión que se opone a cualquier iniciativa legal que restrinja el derecho a portar armas, mostró desde el principio su rechazo al plan de Clinton, que también quiere prohibir 19 tipos de armas.