El toque universal

Lo más interesante de esta compleja propuesta de macroespectáculo es su filosofía tanto en los aspectos prácticos como teóricos. De lo primero hay que decir que está muy bien que el festival santanderino se comprometa en coproducciones de envergadura en la danza, tal como se hace habitualmente con la ópera ; en lo segundo, digamos que este Scherezade intenta a través de un ambicioso libreto dar con un mensaje de humanística asequible al gran público, una trama nada banal pero entretenida.La cosa, en lo balletístico, se salva fundamentalmente por los invitados de otras antiguas repúblicas soviéticas hoy independientes, como el lituano Vitali Voloshin o Neli Alimova, o la pareja estoniana formada por Viersturs Jansen y Kaye Kirb.

Plisetskaia tiene todavía una personalidad escénica arrolladora y, eleva notablemente el fuste de las escenas donde participa.