El dólar cae ligeramente ante el yen por la amenaza de 'guerra comercial'
El mercado huyó ayer del pánico y recibió con grandes dosis de calma las amenazas de guerra comercial lanzadas este fin de semana por Estados Unidos, que ha dado un plazo de 60 días a Japón para que abra sus fronteras comerciales a los productos sanitarios y de telecomunicaciones. El dólar cayó ligeramente frente al yen en Londres y en Tokio, provocando un suave descenso del índice Nikkei.
El dólar se resintió, pero no más de lo que podría esperarse. El billete verde cayó 1, 16 puntos frente a la divisa nipona en Tokio, donde cerró a 98,77 yenes por dólar. El índice Nikkei bajó 178,04 puntos, cerrando a 20.271,35 yenes. El índice general TOPIX se recortó en 7,59 puntos para quedar en 1.629,82 enteros. El volumen de negociación fue el más reducido en tres meses, calculándose en unos 170 millones de acciones, debido a la ausencia de muchos inversores por las vacaciones estivales.Según los expertos, los títulos orientados a la exportación sufrieron bajas por el alza del yen , aunque el sector mantuvo modestas ganancias tras las ventas recientes realizadas por los inversores extranjeros. El pesimismo no invadió la bolsa tokiota, porque los inversores consideran que se encuentra a un nivel razonable y protegida de caídas por debajo de los 20.000 puntos debido a las compras de los fondos públicos de inversión. En cualquier caso, el mercado se mantiene alerta a la espera de ver cómo evoluciona el contencioso comercial con Estados Unidos.
En Londres, el dólar cotizó a 98,68 yenes y a 1,5715, marcos, ligeramente más barato que los 100, 15 yenes y 1,5885 marcos por dólar con que cerró el pasado viernes. Una cotización que sorprendió al mercado, que esperaba un des lizamiento más a la baja de la divisa norteamericana después de las amenazas de Mickey Kantor, responsable del comercio exterior norteamericano. El plazo de 60 días dado por Estados Unidos a Japón para resolver el conflicto comercial se interpreta como que "en la práctica, significa una prolongación del plazo para llegar a un acuerdo", afirmó ayer el responsable de los operadores del Fuji Bank en Londres. "Londres ha reaccionado con calma y el impacto ha sido pequeño", concluyó.
Tokio rechaza la presión
El Gobierno japonés reaccionó con más virulencia que el mercado a las amenazas de Estados Unidos. En una conferencia de prensa, el ministro portavoz del Gabinete, Kozo Igarashi, rechazó estas presiones y afirmó que su país no negociará en esas condiciones. "Lamento que la decisión de Estados Unidos sea incompatible con el marco de las negociaciones comerciales bilatelares orientadas a resolver los problemas a través del diálogo", declaró.A pesar de esta reacción oficial, un portavoz del Ministerio de Comercio Internacional e Industria japonés se mostró confiado en que ambos países puedan alcanzar un acuerdo antes de que acabe el plazo dado por Estados Unidos, el 29 de septiembre, siempre y cuando Washington renuncie a presionar a Tokio. Este p9rtavoz minimizó los efectos prácticos de las amenazas de Estados Unidos.
Sin embargo, la amenaza de guerra comercial es un, recurso habitualmente utilizado por Washington para conseguir la apertura de las fronteras exteriores a sus productos, tanto frente a Japón como frente a Europa. En esta ocasión, la amenaza puede tener pocos efectos en productos concretos, pero puede afectar hondamente a la paridad yen-dólar como fórmula para encarecer las exportaciones de Japón y abaratar los productos norteamericanos. Una fórmula quizás más eficaz para reducir el déficit comercial norteamericano, que en la actualidad alcanza los 60.000 millones de dólares (casi 8 billones de pesetas) en su relación comercial con Japón.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.