La pérdida del brazo
izquierdo de la popularísima diosa Cibeles en la madrugada del pasado domingo 3 de julio no puede considerarse un acto vandálico, sino un atentado contra el patrimonio histórico de Madrid. Quiero dejar claro que no estoy a favor de utilizar la represión policial contra las hordas salvajes que asaltan tan popular fuente.Pero viendo la gravedad de los últimos acontecimientos, y ante la falta de autoridad y de sensibilidad artística por parte, del Ayuntamiento, propongo dos ideas para proteger a Cibeles: a) instalar una verja fija, acabada en puntas de lanza, como la que rodea la estatua ecuestre de Felipe III en la plaza Mayor; o bien, b) instalar en los días señalados una verja de quita y pon, electrificada, tipo cárcel.-
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