Borrell anuncia la liberalización de las infraestructuras de comunicación

JOSÉ F. BEAUMONT Será a la vuelta de vacaciones. El Gobierno aprobará en otoño el proyecto de ley de la televisión por cable, que dará paso a que España entre en la era de las autopistas de la información. Así lo dijo ayer José Borrell, ministro de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, en la inauguración del curso Las autopistas de la información; la iniciativa pública y la iniciativa privada, en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander.

Desde hace al menos dos años el Gobierno venía preparando una ley de la televisión por cable. Al principio esta ley iba a referirse exclusivamente a los servicios de televisión, pero el impulso que se ha dado en el ámbito internacional al desarrollo de las infraestructuras de la comunicación parece haber hecho cambiar las cosas. "Lo de menos es que se puedan ver 100 o 500 nuevos canales de televisión, que a nadie le interesan. Es mucho más importante hacer una gran ley de infraestructuras", dijo el ministro. "La mera televisión por cable se hace en tres patadas y no tiene ningún futuro. La clave ahora son las autopistas de la información por donde pueden circular voz, datos e imágenes de forma interactiva", añadió. Según Borrell se trata de un plan de cable muy ambicioso que implicará liberalizar las infraestructuras de las telecomunicaciones, de momento, en el ámbito urbano, que es donde la ley de cable tendrá mayores aplicaciones. "No queda más remedio que liberalizar las infraestructuras y hay que hacerlo", añadió.¿Quiénes van a ser los protagonistas de esta nueva etapa de las autopistas de la información en España? En primer lugar y por encima de todo Telefónica. "No defiendo el monopolio pero sí un servicio público fuerte" estima Borrell. "Debemos animar y empujar a Telefónica a que potencie su red y sea el soporte de todos los servicios posibles", añade, no obstante, la ley de cable permitirá la aparición de nuevos operadores fuertes (se calcula que surgirá un segundo gran operador que competirá con Telefónica) que podrán ser vehículos no sólo de las señales de televisión, sino también de transmisión de datos y señales de voz, cosa que hasta ahora le estaba vedado al sector privado. ¿Quién pagará todo esto? Borrell dijo bien claro que será el sector privado. En la mayor proporción corresponderá a Telefónica, pero también al operador u operadores privados que surjan como consecuencia de la liberalización.